Encubrimiento

AL FINAL era verdad. Las denuncias del Parlamento Europeo y de las organizaciones de Derechos Humanos se han confirmado: aquí hizo escala, al menos uno de los vergonzosos vuelos de la CIA. El Gobierno de Rodríguez Zapatero que tuvo el coraje, e hizo bien, de sacar las tropas de la ilegal e injusta guerra de Irak ha guardado un interesado silencio sobre la ayuda que nuestro país continua prestando a la administración norteamericana en otra manifiesta ilegalidad: los vuelos con detenidos a un oscuro centro de tortura como es Guantánamo. El Ministerio de Defensa ha tenido que reconocer ante el juez Ismael Moreno que uno de los vuelos, en concreto el del 28 de octubre de 2002, que hizo escala en la base de Rota, despegó rumbo a Guantánamo. En su interior viajaban, no sabemos en qué condiciones pero podemos imaginarlo, más de veinte personas detenidas ilegalmente en Pakistán y Afganistán. Es el reconocimiento de un secreto a voces que los trabajadores de las bases de Rota, Morón y Torrejón saben desde que empezó la guerra contra el terrorismo y el «eje del mal» de Bush. Lo sorprendente es que los ministros de Defensa socialistas hayan contestado con vaguedades cada vez que esta cuestión se ha suscitado en el Parlamento, y qué decir de Moratinos con sus pertinaces trabalenguas. Pareciera que todo el coraje frente al «imperio americano» se hubiera agotado ante el golpe de fuerza de sacar las tropas de Irak. Bastó un gesto del líder mundial de retirarnos el saludo para que Moncloa empezara a arrugarse y a buscar una invitación de Washington que nunca llegó. Mientras en cada cumbre se preparaban encuentros fortuitos en un pasillo y se citaba a los fotógrafos para el hola frío y protocolario, se cerraban los ojos ante las escalas de los vuelos de la CIA para no acentuar la cólera del «amigo americano». O lo que es igualmente reprochable; no se facilitaba al juez y al Parlamento la cantidad de vuelos ilegales que, en tiempos de Aznar (por eso le recibía en su rancho de Texas y le dejaba poner los pies encima de la mesa) repostaban en España. Y eso es encubrimiento.