Siniestralidad vial: récord a la baja Desvergüenza

NUEVE PERSONAS murieron en las carreteras españolas durante el pasado fin de semana, todavía en pleno período vacacional de circulación intensa, la cifra más baja de todo el año. Son 24 fallecidos menos que en el mismo fin de semana de 2007. Hasta ahora, la cifra más baja de este 2008 se situaba en 15 personas fallecidas de viernes a sábado. Dicho tope se había repetido en cuatro ocasiones en los meses de enero, marzo y mayo. Y hay que remontarse hasta enero del año pasado para encontrar un fin de semana con una mortalidad tan baja en las carreteras españolas, aunque entonces fue una excepción y ahora este nivel de siniestralidad va adquiriendo carta de naturaleza. Hay que reconocer el éxito de las medidas emprendidas, aunque no nos cansemos de repetir que el esfuerzo de los conductores debería verse recompensado con actuaciones públicas en la buena dirección: mejor conservación de las carreteras, eliminación de puntos negros, etcétera. LA MAGISTRADA Gema Gallego procesó a varios mandos policiales en el caso del ácido bórico por rechazar un informe pericial absurdo que vinculaba el 11-M con ETA; aquella decisión judicial, que quedó en nada, fue oxígeno puro para los promotores de la teoría de la conspiración. Y la magistrada Concha Espejel instruyó con gran dureza el caso del incendio de Guadalajara, que salpicó al gobierno autonómico socialista de Castilla-La Mancha. La gente honrada de este país pensaba hasta ahora que estas juezas independientes habían obrado según su recto saber y entender, aunque fuera contra corriente de lo políticamente correcto. Pero ambas han sido premiadas por el PP nada menos que con un puesto en el CGPJ. Todo esto llena de dudas a la ciudadanía, que ve con claridad que la politización de la Justicia no es una fijación de los medios, sino una grave realidad que contamina a nuestro sistema. La desvergüenza que palpita bajo este asunto es la peor noticia política de los últimos tiempos, y refleja una colosal falta de valores y principios en quienes han hecho ostentosamente posible esta aberración.