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León

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HENRY-LOUIS Mencken, periodista y crítico social, uno de los escritores más influyentes de Estados Unidos durante la primera mitad del siglo XX, cínico y librepensador, escribió que «confianza es el sentimiento de poder creer a una persona incluso cuando sabemos que mentiríamos en su lugar». Ayer, dos de nuestros políticos hablaron de eso precisamente, de la confianza. Y de eso hablan hoy en España y en el mundo entero los banqueros, los políticos, los «brokers», los economistas, los intelectuales... y los ciudadanos. Pedro Solbes, ministro de Economía, que acaba de presentar los Presupuestos Generales del Estado que engordan el déficit, nos endeudan más y no sirven para salir de la crisis, dijo algo que es para preocupar a quien no esté preocupado todavía, si es que queda alguno: «los ahorros de los ciudadanos no corren peligro, aunque existan problemas en el sistema financiero español». Matizó que lo que los españoles tienen en los bancos no corre peligro hasta los 20.000 euros, porque esa es la cantidad que garantiza el Fondo de Garantía de Depósitos. Ayer, un amigo me comentaba que hay empresarios de ronda por los bancos, sacando de uno y metiendo en otros hasta tener en varios una cantidad inferior a esos 20.000 euros garantizados por Solbes. Ya sé que eso no preocupa demasiado a la inmensa mayoría de los españoles, porque para estar preocupado hay que tener 20.000 euros y cuando no se tiene ni para pagar la hipoteca, la preocupación es otra. Pero cuando un ministro de Economía, que ha fallado en todas las previsiones en los últimos doce meses hace esa afirmación, al que más y al que menos le recorre un escalofrío. No parece que existan problemas en el sistema financiero español, gracias, entre otras cosas, al susto que nos metió hace años Mario Conde, pero la afirmación de Pedro Solbes en lugar de tranquilizar, añade confusión. Simultáneamente, Mariano Rajoy hablaba en Los Desayunos de Europa Press sobre su próxima entrevista con Zapatero, a petición de éste, para «hablar de economía». Rajoy no confía en Zapatero, no espera nada de la entrevista, no cree que vaya a poder llegar a acuerdos y no está dispuesto a «hacerse la foto». Los Presupuestos, que constituyen el programa de gobierno para 2009, ya están presentados y el PP prepara una enmienda a la totalidad. O sea que de pactar, nada. Rajoy destacó que España no ha sido invitada a la cumbre económica de los grandes de Europa, promovida por Nicolas Sarkozy, donde se van a discutir estrategias para salir de la crisis y que no estamos en el G-8 pero que, a lo peor, tampoco estaremos en el G-13 a pesar del triunfalismo gubernamental. La reticencia de Mariano Rajoy ante un presidente que negó la crisis y que dijo que ésta iba a ser «la Legislatura del pleno empleo», es lógica. Pero creo que los dos líderes políticos están obligados a un encuentro serio y urgente en el que pongan por encima de los intereses de partido, los intereses de los ciudadanos. No es tiempo de retórica sino de acuerdos, de negociación, de recuperar la confianza.