EL RINCÓN
¡Vaya plan!
BASTA con leer a Suetonio, que tenía un estilo periodístico antes de que se inventaran los periódicos, para comprobar que a los césares no siempre les salieron bien los planes que tramaron. A Bush, que está más cerca de Claudio que de Octavio, le han tumbado el suyo en el Congreso. Quizá sea una suspensión temporal, ya que él confía en aprobar mucho antes de septiembre próximo, que está muy lejano. Los ricos unidos jamás serán vencidos y la trama del rescate financiero está bien urdida. Consiste en que el padre Estado reparta la crisis entre los pobres, excluyendo a los especuladores que se inflaron de ganar dinero en los llamados buenos tiempos. El fracaso del rescate de Wall Street va a obligar a una nueva votación para que constituya un éxito. Los congresistas tendrán que inventarse algo para salvar los Bancos y las Bolsas no sólo de EE.UU. sino de Europa, que también ha sido golpeada en su viejo corazón, que no está para sobresaltos. El «lunes negro» volvió a nublar el horizonte. «Mal empieza la semana», que dijo aquel tipo al que ahorcaron un lunes. No sólo llueve sobre mojado, sino que se escarba en los sótanos. Va a faltar suelo para enterrar a algunos gigantes. Hasta los más ignorantes en materia bursátil entendemos el efecto mariposa, incluidos los señores Zapatero y Rajoy, pero no acabamos de comprender que haya que subvencionar a los depredadores. Para que todo siga funcionando razonablemente parece que es necesario acudir en salvamento de los ricos. Si desaparecieran, no sabríamos a quién le pagamos nuestras hipotecas. En Norteamérica hay 300 bancos en peligro de quiebra y si se desploman formarán una polvareda mayor que la de las torres gemelas. Se comprende que haya que echarles una mano a los potentados y a los magnates. De momento no tienen plan.