Diario de León

TRIBUNA

El aborto, quinto jinete apocalíptico

Publicado por
ENRIQUE CIMAS
León

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NO SÉ SI LA CONCIENCIA humana, en especial la de la progresía andante, -y más en particular, la española- se está apercibiendo de la responsabilidad que contrae ante la historia de la propia humanidad, y para con el futuro, a cuenta de las legislaciones sobre el aborto, la eutanasia, la manipulación de células embrionarias, el suicidio asistido¿ Es decir, toda una espeluznante teoría de la exterminación más o menos encubierta y abocada a la indefectible intervención de la parca. Tomando como base el «Apocalipsis» de San Juan, el pintor y grabador alemán Alberto Durero hizo en el s. XV una exégesis plástica, en cobre, de dicho Libro y que conmovió y conmocionó al universo de su época. El tercer jinete incorporaba en la obra de Durero el empobrecimiento y las crisis económicas de los pueblos¿ Y el cuarto, la muerte. Así, a palo seco. Pero hubo posteriormente otros intérpretes de lo apocalíptico, que apuntaron hacia un quinto centauro derivado de la simbología del cuarto, que desembocaba consecuentemente en un masivo fenecer de criaturas. Y ahí, precisamente ahí, encajaba al aborto. Hace décadas tuve la honra de ser invitado por mi recordado amigo Vicente Serrano, presidente entonces del Colegio de Médicos de León, al solemne acto de la jura de nuevos colegiados, jóvenes galenos de nuestra provincia. En nombre de todos ellos, con buen decir y clara voz, pronunció el juramento mi hijo Juan. El punto octavo del código hipocrático decía (y supongo que lo seguirá diciendo): «No prestaré colaboración alguna a los poderes políticos que pretendan degradar la relación médico-enfermo restringiendo la libertad de elección, prescripción y objeción de conciencia». A la inmensa mayoría de los médicos de España hay que agradecerles mucho, por muchas cosas positivas. Y por una superlativamente valiosa: su apuesta por la vida. Creo que de tales determinaciones éticas es lógico que se desprenda el hecho de que un ochenta por ciento del colectivo objete el aborto. Y si hablamos de especialistas en Ginecología, el 95 por ciento¿ A lo largo de los veintitrés últimos años hemos tenido que soportar una ley del aborto plagada de lagunas legales y, además, susceptible de arbitrariedad en su aplicación. Durante el periodo señalado el texto ha sido retorcido hasta extremos humanamente inconcebibles ya que los supuestos despenalizadores (Art. 417 bis del Código Penal) han podido acoplarse como un guante al uso -y sobre todo al abuso- de personas concernidas voluntariamente por un pretendido derecho a abortar, en términos generales; pese a que la literalidad legal, «solamente» enumere tres supuestos: peligro para la vida o la salud de la madre, embarazo resultante de violación y posibles deformaciones del feto. No pregunten ustedes por certificaciones acreditativas, ni por el encausamiento de alguna interruptora de su embarazo al margen de los supuestos citados; nadie sabe nada, ni nadie ha intervenido en nada. Tal vez un tal doctor Morín podría decir algo, tal vez... La libérrima interpretación de las despenalizaciones permitió que en esos casi cinco lustros se registrase en España ¡un millón de abortos! En estos momentos, la velocidad de crucero del abortismo en nuestro país podría situarse en torno a los cien mil nascituros inmolados, anualmente. Los horrores no terminan aquí, si es que alguna vez van a concluir. Hace unas semanas el Gobierno de la nación anunció por boca de la ministra de Igualdad que la ley no va a ser reformada, sino que habrá una nueva, acorde -señala la titular del departamento- con lo que corresponde a un país progresista necesitado de dar respuesta a lo demandado por la mujer¿ A tal efecto se ha constituido una subcomisión, pro ley de aborto libre en la que intervienen representantes de varios sectores oficiales y privados. Entre estos últimos, algún presunto «empresario sanitario» interesado por el desarrollo de la novísima ley abortista, dado que su negocio suele reportar mucho, muchísimo dinero. De nada va a servir que se aduzca ante los cerebros de la ley de marras que el clamor popular lo que está demandando es que la mujer -en este caso la futura madre- sea tratada con dignidad y respeto. Y con la atención que ella y el hijo que lleva en su entraña, requieran. Con cariño y solicitud, y no manipulada por quienes con objetivos políticos -o de simple provecho económico- la llevan y la traen, ¡desde hace tanto tiempo, Señor, desde ha ce tantas frustraciones y lágrimas!

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