EL BAILE DEL AHORCADO
Dormir en el suelo
HA MUERTO Paul Newman y su muerte nos hace pensar que la nuestra también es posible, que, aunque perseveremos, el proyector desde el que se genera la luz y las sombras, y... también se fundirá. Tenesee Williams escribe en Dulce pájaro de juventud que más tarde o más temprano, en algún momento de nuestra vida, perdemos o abandonamos aquello por lo que hemos vivido y entonces... morimos. Puede que encontremos otra cosa... ¿Cuántas creen que encontró Newman en sus algo más de ochenta años? ¿Cuántas han buscado ustedes hasta ahora? El horizonte de la monotonía no nos deja siquiera tener conciencia de que tal vez podemos explorar. Uno de los mejores libros de Camus, La Caída , nos enseña el camino hacia el que dirigirnos cuando creemos que la rutina nos acerca al vértigo. En ese mundo de círculos infernales que ideó el pensador francés para contar la trágica historia de quien cerró los ojos ante la muerte, nos deja entrever la manera de encontrar o, al menos, de seguir buscando. «¿Sabe? He oído hablar de un hombre cuyo amigo fue encarcelado y que decidió dormir en el suelo de su habitación cada noche para no disfrutar de una comodidad que le había sido arrebatada a su amigo», contaba ese Bautista que al final del libro rogaba por salvarse salvando a quien dejó morir. El problema es que podemos vivir cuantas vidas queramos y nos empeñamos en mantenernos en un rincón, apartados. Una cadena de televisión emitió el jueves una de las últimas películas de Paul Newman. En Camino a la perdición , el actor decía que ésta es la vida que elegimos. Puede que ninguno de nosotros vayamos al cielo, pero puede también que -quién sabe-, alguien, alguna vez, también duerma en el suelo por nosotros.