APOLOGÍA DEL BIEN
El hombre nuevo
SI SE SABE que algo puede salir mal, antes o después acabara saliendo mal. Los promotores inmobiliarios y los banqueros sabían que lo que estaban haciendo no era lógico y que por eso el sistema acabaría estallando. Pero no les interesaba evitarlo, porque estaban ganando mucho más dinero de lo que nunca habían pensado. Lo más grave, y esto nos debe preocupar mucho más, es que los gobiernos también lo sabían y miraron para otro lado. Los promotores y los banqueros también calcularon que, al producirse la crisis financiera, se producía un problema social grave, y en esa nueva situación de pánico, ellos seguirían ganando dinero. Es normal que los gobiernos garanticen el dinero que los ciudadanos depositamos en los bancos. Pero no es normal, que, en el caso que un banco no responda de los depósitos, por hacer operaciones indebidas, no le exijan responsabilidades, porque cuando depositamos el dinero firmamos un contrato que las dos partes debemos cumplir, y ellos no perdonan. Ahora bien, para que los ciudadanos comprendiéramos por qué se ha producido la crisis, los gobiernos deben explicar la diferencia que hay entre lo que parece y lo que verdaderamente hay detrás de ella. Deben explicar también cuáles son las causas y los causantes de lo que verdaderamente está sucediendo. Y lo que esta sucediendo, y no lo quieren poner de manifiesto, es que el sistema capitalista, tal y como funciona, utiliza a los ciudadanos a través del poder de los estados, y eso ya no se puede permitir. Por tanto, sin esperar más, hay que cambiar las reglas; y para cambiar las reglas necesitamos un hombre con una mentalidad nueva. No podemos aceptar que una minoría inmoral se aproveche de la mayoría. Los mismos capitalistas reconocen que han prostituido el sistema que ellos necesitan. Y lo han hecho con complicidad de los gobernantes y los asesores de los gobernantes. La realidad es que el sistema capitalista es un sistema basado en el poder de la minoría sobre la mayoría y sobre la ignorancia de esa mayoría. Por tanto, además de ser inmoral está enfermo. Y, para asegurar la subsistencia, ha creado una sociedad plagada de contradicciones. Lo lamentable es qué una enfermedad tan grave, no se puede curar súbitamente. Por eso es urgente crear un hombre nuevo con otra cultura y otra mentalidad. El sistema capitalista no ha creado un hombre ético ni un hombre libre, ha creado un hombre corrupto, inmoral y esclavo de las necesidades que crea el propio capitalismo. Sólo hay que ver los telediarios para darse cuenta de que este capitalismo produce demasiado mal, demasiada inseguridad y demasiados sufrimientos.