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CRÓNICAS BERCIANAS

La guerrilla regresa a la comarca

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León

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Y CON ELLOS regresaron aquellos tiempos en los que la sociedad se unía en pos de conseguir un objetivo. «Esto es una lucha del pueblo, el pueblo está unido», gritó una madre faberense en la concentración ante la delegación de la Junta de Castilla y León en Ponferrada la pasada semana. Casi un millar de estudiantes, padres y profesores volvieron a corear y a gritar lemas para intentar que la dirección provincial de Educación no lleve a cabo reagrupaciones en los institutos del Bierzo y en toda la provincia de León. Para recuperar la autonomía de los centros educativos. La extensa y variada geografía leonesa, que debería favorecer la llegada de turistas -pero esto es otro tema- es un gran hándicap en cuanto a materia educativa se refiere. Al menos eso parece que opinan en la Junta. Más de 210 ayuntamientos en la provincia, aunque la mayoría con pocos niños. Colegios rurales agrupados y profesores itinerantes. Un esfuerzo para la administración a pesar de que las inversiones en los colegios rurales sirvan para igualar los derechos de los pequeños que viven en los pueblos frente a los que residen en ciudades como Ponferrada y la capital leonesa. Agrupar, agrupar. Justamente ahora, agrupar, cuando la natalidad -aunque cada vez hay más carritos de bebés por la calle- no avanza y continúan convocándose oposiciones a los cuerpos de maestros y profesores. Cuerpos, por cierto, cada vez más quemados por el síndrome del mismo nombre. La concentración frente a la sede de la Junta en Ponferrada fue una protesta en toda regla. Pitos y gritos, pancartas y banderas. Consecuencia de las acciones que se han emprendido desde el Bierzo para impedir que la Consejería de Educación lleve a cabo los planes previstos para la comarca, las madres y padres de los alumnos bercianos se han llevado el calificativo de «guerrilleros», como les ha llamado la directora provincial de Educación, Mercedes Fernández, por presentar batalla a sus planes. Fabero y Cacabelos han sido los más constantes en esta lucha y ya han viajado a León y también ha recibido la visita de los inspectores de Educación. Futuros encuentros quedan pendientes con sindicatos y representantes educativos. La educación, como todo en la evolución, debe mirar hacia adelante y no hacia atrás y aprender de los errores para mejorar. Fue Mercedes Fernández la que aludió al pasado para decir que los alumnos de antes, entre los que ella se incluía, no habían tenido tantos miramientos y tantas facilidades, recursos y delicadezas y que sin embargo, habían llegado a lo que son hoy en día. De eso se trata. De que los alumnos de Fabero y de Cacabelos tengan derecho, entre otras cosas, a recordar que hoy por hoy viven en el siglo XXI. Que los ordenadores han llegado a las aulas y que los pizarrines se quedaron con los tinteros en los viejos pupitres. Que las nuevas técnicas educativas permiten mejorar y facilitar los aprendizajes y que la actualidad está marcada por otras circunstancias, quizá peores por la crisis, pero actuales. Los profesores, el sistema educativo y las administraciones competentes deben ser conscientes de que en materia de educación hay que evolucionar y no involucionar.