Misión sin consenso Rajoy se delata

LA OTAN DUDA cómo afrontar la lucha contra el narcotráfico en Afganistán, la cual constituye otro frente abierto en el proceso de pacificación del país por los efectos colaterales que suscita sobre la misión internacional y las negativas consecuencias que tiene para la misma. Los 60 millones de euros que el cultivo de la amapola aporta anualmente a los insurgentes talibanes obligan a cortocircuitar una fuente de financiación indispensable para la continuidad de la guerra. El acuerdo transitorio para que cada uno de los estados que componen la ISAF decida si autoriza o no a los contingentes a actuar contra los laboratorios de droga en suelo afgano no parece la solución más efectiva. Porque supeditar a los criterios nacionales la decisión, que puede provocar bajas en la población civil y enemistar a los afganos con las fuerzas de la coalición, acabará por disuadir a la gran mayoría de los países de un compromiso que requeriría una actuación concertada. EL COMENTARIO de carácter estrictamente privado sobre el desfile de las Fuerzas Asmadas realizado en La Coruña por Mariano Rajoy justamente la víspera de la celebración de la festividad, cuando confiaba que los micrófonos estaban inactivos, le ha pasado factura poniendo al descubierto ante todo el país un rasgo de su personalidad políticamente negativo y reflejando con crudeza las evidentes contradicciones entre el discurso oficial y el particular. Ni es el primero, ni será el último porque algunos responsables políticos no sólo descuidan sus palabras cuando creen que no son escuchados sino, y lo que es peor, son practicantes de ese doble lenguaje que tanto molesta a la ciudadanía. Pero la extrapolación del resbalón de Mariano Rajoy a unas conclusiones políticas desmedidas, una vez que él mismo presentó sus respetos a las Fuerzas Armadas tampoco es admisible. Ni parece tampoco proporcional exigir «disculpas oficiales»; o como hizo Leire Pajín, secretaria de organización de los socialistas, afirmar en un mítin que de esto se deduce que al jefe de la oposición «le dan mucha pereza los problemas serios de este país».