Cerrar

CRÓNICA SEMANAL

El alarmismo se toma un respiro

Publicado por
MANUEL CAMPO VIDAL
León

Creado:

Actualizado:

«LA SITUACIÓN se está controlando, por fortuna, pero en las Torres Gemelas todavía hay llamas, no nos engañemos», sostiene Manuel Pizarro, diputado del PP y ex presidente de Endesa. Parece un buen retrato sobre la crisis financiera y económica que vivimos, sobre todo porque a las pocas horas de esta conversación, el Comisario europeo Joaquín Almunia se mostraba convencido ante la Asociación de Informadores Económicos de que lo principal contra la crisis ya se ha hecho. No obstante advertía: «Puede llegar una segunda ola de crisis financiera». Con alguna noticia de última hora sobre dificultades en Bolsa de ING, el banco holandés con participación pública, parece asentarse la idea de que el alarmismo vivido en las últimas semanas se toma un respiro. Hay datos que permiten el alivio. Emilio Botín, presidente del Santander, no cree ne cesario que el Estado español tome participación en los bancos, aunque todo se prepare por si hiciera falta. El director general de Asimelec, la patronal de la electrónica y las TIC, anuncia que en su sector el empleo ha crecido este año por encima del dos por ciento. En una reunión del Málaga Valley, selecto club de empresarios creado por el alcalde De la Torre y el abogado Javier Cremades, un empresario importante, Abel Linares, anunciaba que su empresa Oesía acaba de firmar una ampliación de capital de 40 millones de euros. Entre los asistentes -Antoni Brufau, Amparo Moraleda, etc- se asentó la idea de que hay sectores importantes que siguen funcionando a pesar de la crisis. Y al alza. Hay más: Emilio Touriño en Madrid dibujaba el viernes el ejemplo de Galicia, una comunidad que sufre la crisis pero que mantiene el tipo con gran dignidad, lo mismo que le sucede a Aragón y a algunas más. Hay quien estima que la crisis aprieta menos en esos territorios sencillamente porque aún no ha llegado con todo su rigor. Pero se puede replicar que la burbuja de la construcción afectó más al Mediterráneo. Y en eso se nota la diferencia. Pueden encontrarse más indicios de que el mundo no se acaba, aunque así lo sugieran algunas crónicas, algunos comunicadores y las declaraciones desafortunadas de ciertos políticos y empresarios. Va abriéndose paso la idea de que lo sucedido es muy grave y que nos llevará seguramente a un nuevo orden financiero internacional. Pero hay coincidencia en que el catastrofismo tiene menos cartel hoy que hace quince días. Zapatero y Mariano Rajoy han contribuido a consolidar esa sensación de control, de relativo alivio entre la percepción de la crisis, aunque la preocupación persista. El líder del PP suena muy distinto a su portavoz económico Cristóbal Montoro, que ya ha moderado su entusiasmo en la descripción cruda de la crisis, y se le agradece desde el mundo económico que haya acudido a Moncloa a mostrar una imagen de relativa cohesión en el escenario político. El presidente del Gobierno, por su parte, cosechó un éxito importante al sugerir a Sarkozy la reunión de Paris del pasado fin de semana que terminó con acuerdo. El presidente francés lo elogió por ello y ahora Georges Brown defiende que España esté en las conferencias sobre el nuevo orden financiero internacional «porque su presidente tiene buenas ideas». Hay tertulianos y articulistas ignorantes de estas declaraciones que siguen en la mofa del supuesto aislamiento internacional de España como si les dolieran los progresos. A Zapatero le saldrá bien o mal la operación, pero de momento ha servido para que los europeos tomaran alguna decisión conjunta, aunque sea discutible, y volvieran a contar como grupo en el ajedrez mundial. Y para que España estuviera invitada en foros de decisión. Entretanto, Zapatero ha salvado la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado gracias al apoyo de nacionalistas vascos y gallegos. En un éxito para los gallegos porque históricamente estas operaciones de salvamento de Felipe, de Aznar o de ZP estaban reservadas a vascos y catalanes, a los que aún se intenta sumar al acuerdo. Si de Durán dependiera se haría y quién sabe si con cartera ministerial como contrapartida. Pero Convergència no termina de orientarse.

Cargando contenidos...