Espejismos

TAL VEZ sólo sea casualidad, pero Jesús Caldera ya no es ministro: está enterrado en vida en una fundación para generar ideas que seguramente no serán consideradas. Cementerio de elefantes. La Ley de Dependencia fue el proyecto estrella de la anterior legislatura: únicamente recibió elogios, algunos tan rotundos como decir que esa ley, por sí misma, «justificaba la legislatura». El padre del proyecto, Jesús Caldera, está en el ostracismo y la ley pendiente de dotación presupuestaria para que pase del papel donde fue promulgada a la vida de los ciudadanos. Es una promesa sin cumplir. José Montilla, que actúa como virrey permanentemente rebelde con la metrópoli, ha dicho alto y claro que el Gobierno de España no ha sido capaz de dotar de medios para cofinanciar la ley. El resultado de aquel proyecto brillante, que dejó admirada a Europa por el empeño de Zapatero de ampliar el estado del bienestar, es sencillamente espejismo del objetivo para el que fue concebida. Ha ocurrido con otros proyectos centrales de Zapatero. Pareciera que se ponen en funcionamiento sólo para ser publicados en los periódicos. La Ley de Memoria Histórica, tan de actualidad en nuestros días por la competencia desleal que ha emprendido contra ella el juez Baltasar Garzón, es otro ejemplo de la falta de cumplimiento de los proyectos del Gobierno. Promulgada en el mes de enero, después de un largo y complicado proceso, no ha desarrollado los medios para ser aplicada. La propaganda hábilmente manejada por el Gobierno prometía que la ley sería la culminación de la obra inacabada de la transición española que devolviera la dignidad a las víctimas del golpe militar y de la dictadura, condenara definitivamente la obscenidad del régimen franquista y cerrara honradamente las heridas del pasado. Nos podíamos haber aliviado el trámite de elaboración de la ley porque la iniciativa del juez Garzón de abrir un proceso penal contra el general Franco -que se verá mecánicamente interrumpido cuando reciba el certificado de defunción del dictador- sustituye la iniciativa legislativa del Gobierno. Una vez más la p ropaganda sustituye a la realidad y los proyectos fulgurantes del Gobierno se agotan cuando se les ha sacado el jugo en los medios de comunicación.