Emprendedores

EN ESTOS DÍAS, en los que estamos viviendo el fracaso del Aeropuerto de León (esperemos que solamente sea algo temporal), y el de la compañía aérea Lagun Air, sin pretender entrar, otros ya lo hacen, en un análisis de culpas disculpas y responsabilidades, miro con envidia un apasionante proyecto, del que he sido testigo privilegiado y de alguna forma colaborador, desde casi sus inicios. Me estoy refiriendo al Aeropuerto Central de Ciudad Real, que en los últimos días de este mes de octubre será inaugurado y entrará en servicio. El Aeropuerto de Ciudad Real, es el primer aeropuerto internacional privado de España, es decir el primer aeropuerto público de titularidad privada. La idea de este apasionante proyecto, nace en 1998, en la Cámara de Comercio e Industria de Ciudad Real, como la de un aeropuerto alternativo al de Madrid-Barajas, aprovechando la línea de AVE, que lo sitúa a 55 minutos del centro de Madrid y con el objetivo de ser uno de los más importantes aeropuertos cargueros de España. Tras vencer toda suerte de trabas burocráticas, el año 2001, las Cortes de Castilla-La Mancha, calificaron el proyecto de «Interés Regional de Primer Orden» y en 2002 el Ministerio de Fomento, con Álvarez Cascos de ministro, lo declara de «Interés General del Estado». En 2003, dan comienzo las obras de construcción del aeropuerto, con una pista de 4.000 metros y una capacidad de 16 operaciones hora, una terminal de pasajeros de 28.000 metros cuadrados y una terminal de carga de 7.200 metros cuadrados con capacidad para 78.000 toneladas año, con un Puerto Seco que será el segundo más importante de España, de su zona de ocio y de servicios. Estas obras han sido ejecutadas por una UTE, formada por Isolux-Corsan y Vallehermoso, obras que finalizaron en los últimos días de 2007, estando previsto, como decía anteriormente, dar comienzo a las operaciones de vuelo, a finales de este mes de octubre. Cuando esto ocurra, se habrán invertido casi 1000 millones de euros. Este «milagro», de iniciativa totalmente privada, ha sido posible gracias al tesón de un puñado de empresarios, focalizados en la Cámara de Comercio de la ciudad manchega, y muy principalmente al esfuerzo de su presidente, León Triviño, quienes en estos momentos están a punto de recoger los frutos de su arriesgada aventura empresarial, sin tener que haber mendigado nada a las distintas administraciones, salvo, naturalmente los correspondientes permisos, que yo les puedo asegurar, que hasta conseguirlos, han pasado auténticas fatigas. El accionariado del Aeropuerto Central de Ciudad Real S.A., está compuesto por Caja de Ahorros de Castilla la Mancha, Grupo Isolux/Corsan, Iberdrola, Inversiones Aeroportuarias del Centro SA y el Grupo Galgo, más un 4% de accionista individuales. ¿Ven ustedes por alguna parte a las administraciones públicas? En principio, la compañía operadora para vuelos domésticos, será Air Nostrum (la que ha quedado ahora en León) y Air Berlín, que realizará cuatro vuelos semanales a diferentes ciudades europeas, con escala en Palma de Mallorca. No sé ustedes, yo al menos, siento una sana envidia de cosas como éstas, arriesgadas y nada fáciles en su ejecución, de que un grupo de empresarios emprendedores, sea capaces de llevarlas a cabo, naturalmente para obtener un beneficio, pero al mismo tiempo, para contribuir a la mejora y desarrollo de la sociedad a la que pertenecen.