Una de sandía

ESTA CONDENADA crisis que nos acosa a diario por tierra, mar y aire, debido entre otras cosas a unos precios que se mueven más que las maracas de Machín, hace que el personal aguce el ingenio a la espera de mejores tiempos. Y como hoy las ciencias adelantan que es una barbaridad, tal como cantaba la zarzuela, un estudio realizado por científicos de la Universidad de Texas ha descubierto que las sandías pueden sustituir ventajosamente al sobrevalorado Viagra, ya que sus ingredientes aumentan la libido y la capacidad amatoria masculina para esos festines de dormitorio que llevan, según decían los clásicos, al deleite grosero de los cuerpos. De Cupido sólo se juzga el acierto en el flechazo, y cuando a los hombres se nos va pasando el tueste, ¡oh, desgracia!, la práctica del edredoning y otras bellaquerías carnales se pone cuesta arriba. Hasta ahora, la farmacopea tradicional aportaba una serie de remedios caseros para prevenir la bajada de velas. En primer lugar, eso de no bailes con cualquiera que tenga bigote. O aquello un tanto grosero pero bastante descriptible que recomendaba «no comas lechuga, que se te arruga». La bendecida Viagra, artimaña de última tecnología, vino a finiquitar tan vergonzante dejación de funciones, impidiendo por ejemplo el caso de un hombre público que, cada vez más alicaído en cuanto a ardores hormonales, aseguraba que la última vez que lo hizo, el Metro se pagaba en céntimos. Una tragedia de dimensiones shakesperianas, pues el doctor Marañón aseguró que la sexualidad del ser humano apenas termina una hora después de su muerte. Así que podemos echar mano a las humildes sandías para aprovechar el penúltimo celo, sin temer al devastador efecto de una huelga de varonía caída. Bendito progreso.