EN POCAS PALABRAS LETRA PEQUEÑA
Radiografía delictiva Un mercado en adaptación
LA DIVERGENTE interpretación de las cifras sobre la evolución de la criminalidad en España entre el Gobierno y la oposición, que se hicieron patentes en la comparecencia parlamentaria del ministro de Interior, impide realizar una correcta aproximación a la realidad de la seguridad en nuestro país. La atribución del repunte de la violencia de género y de la pornografía infantil exclusivamente al incremento del número de denuncias y a la eficacia policial, como sostuvo el ministro Alfredo Pérez Rubalcaba, no exime de elaborar un diagnóstico sobre por qué crecen determinados delitos y si algunos lo están haciendo incluso al margen de la mayor eficiencia en la lucha contra ellos. Por paradójico que parezca, es posible que las cifras vayan en una dirección y la percepción social en otra si el aumento de la delincuencia tiene lugar en centros urbanos donde su repercusión y la alarma que suscitan se multiplican. EL ANUNCIO de que el Gobierno estudia la posibilidad de conceder una moratoria para quienes tengan que devolver los beneficios fiscales obtenidos en una cuenta de ahorro vivienda por no haber hecho efectiva la compra de un inmueble en los cuatro años reglamentarios supone un alivio para aquellos se han visto atrapados por la tenaza del encarecimiento de las hipotecas y el crédito escaso. Parece que el Ejecutivo descarta aumentar el plazo de cuatro a seis años manteniendo las deducciones fiscales del 15%, porque estimularía el ahorro cuando el objetivo es animar la inversión en vivienda. La solución sería así la adecuada para el objetivo que se persigue, evitando alimentar disfunciones que en estos años han contribuido a inflar la burbuja inmobiliaria. Pero las incertidumbres que rodean a un mercado tan sensible hace aconsejable que sean también las entidades financieras las que busquen nuevos cauces tanto para asegurar las hipotecas contratadas como para ofrecer opciones a quienes estén en disposición de invertir con garantías.