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CRÓNICAS BERCIANAS

No es cuestión de pelotas

Publicado por
León

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QUE LA CIUDAD de la Energía existe es un hecho constatable en los Presupuestos del Estado del 2009. Dónde no debería ser tan palmario es en las polémicas que alimentan de un lado los políticos de modo algo afectado en la mayoría de los casos por la soberbia y el sectarismo; y de otro, algunos rábulas que confunden el CO 2 con la fórmula de la Coca-Cola. La Ciudad de la Energía ya no es aquella ocurrencia pergeñada bajo presión política que se presentó entre lagos tipo Disney, centros de investigación inverosímiles, y promesas de miles de empleos. El proyecto actual de la Ciuden se contempla por quien no sea preso de otro interés que no sea el de su materialización urgente, como una actuación bastante equilibrada tanto en su vertiente investigadora como en la museística. Por eso resulta lamentable contemplar el enfrentamiento que se ha trasladado a los medios por el diseño del entorno del Parque Museo de la Energía entre el alcalde de Ponferrada, y el presidente de la Fundación Ciuden, José Azuara. El primero parecía tener muy claro al ceder la central de Compostilla I a la Ciuden que el desarrollo de las actuaciones previstas por la fundación son una prioridad de su gobierno. Pero la vehemencia con la que ha reaccionado al órdago de Azuara para que se modifiquen las alturas en torno a la central y los campos deportivos del Polígono a la vera de la vieja térmica de la MSP ha sonado algo desmesurada, que no injustificada. Si la Ciuden es cierto que quería acabar con parte de los campos de fútbol donde cada fin de semana se reúne un millar de púberes para practicar el deporte que más les gusta, en la reunión entre Riesco y Azuara para modificar el planeamiento urbano, el alcalde de Ponferrada no tenía otra obligación que lograr que la Fundación Ciudad de la Energía costease, con la ingente cantidad de dinero que maneja, la transformación de todos y los campos en rectángulos de juego de verde artificial. Si Riesco no lo hubiese logrado resultaría un incapaz. Y el director de la fundación, José Ángel Azuara, un gran hipócrita. Si la Ciuden ha estado financiando magostos festivos, rutas de senderismo o bungalós turísticos en Peranzanes, es imposible que dé la espalda a un proyecto como el de los campos de fútbol Ramón Martínez, donde la inversión repercute directamente en la formación de miles de niños. La cumbre Riesco-Azuara para lo que sí debería haber servido es para poner las cartas sobre la mesa de una vez por todas. Dejar claro que la Ciudad de la Energía y Ponferrada no son dos ciudades distintas. Que el Ayuntamiento y su gobierno han de aparcar todo recelo sobre las intenciones de la Ciuden, porque en la crisis actual tampoco van a hallar mecanismos mejores de financiación extra. Y de otro lado, que el responsable de la fundación tiene que abandonar sus veleidades políticas y las ínfulas de «virrey» del Gobierno en la provincia del Bierzo que le atribuyen hasta en el propio PSOE. El consenso entre ambos no debería ser una cuestión de pelotas; ni en lo futbolístico ni en lo testosterónico. Para certificarlo, cabe otro pacto por parte de la Ciuden. El del parque tecnológico con Ponferrada y Camponaraya.

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