Reactivación obligadaUna tragediaestremecedora

EL MERCADO español del automóvil sufre muy directamente la crisis económica, como pone de manifiesto el descenso en octubre del 40% en el volumen de ventas con respecto al mismo mes de 2007; un pésimo dato que representa, en los diez primeros meses del año, una caída acumulada del 23¿8% (320.000 unidades menos), sin que las tímidas medidas de apoyo adoptadas por el Gobierno hayan logrado contener el desplome. El sector, que es uno de los más sólidos de la industria española, netamente exportador y generador de miles de puestos de trabajo, encara los problemas derivados de las restricciones para financiar la compra de vehículos, junto con la disminución de la renta de las familias. El enfriamiento del mercado es ya de tal calibre que precisa de la efectividad real de las líneas de crédito aprobadas y de un nuevo proyecto de reactivación que cubra las carencias que ha evidenciado el insuficiente y confuso plan «Vive». LA CONFESIÓN ante los Mossos d¿Esquadra del crimen de Ripollet por dos menores de 14 años que degollaron a una adolescente de su misma edad plasma en una estremecedora tragedia la imitación de las peores pautas criminales de los adultos entre algunos menores, como ya se ha ido evidenciando los últimos años al constatar el significativo incremento de la delincuencia entre jóvenes, más bien adolescentes, de 14 a 18 años de edad. El crimen de Ripollet reúne los peores ingredientes de un asesinato realizado con premeditación y alevosía sobre una indefensa niña que bajó confiada en zapatillas de andar por casa a la calle donde le esperaban sus agresores. La rápida detención y la confesión del crimen permiten albergar al menos la esperanza de que puedan funcionar los mecanismos judiciales para castigar según la ley del Menor a los culpables. Pero las características tan crueles y graves del crimen devolverán a primer plano los debates sobre el alcance de la reforma legal que después de su aprobación algunas voces juzgaron insuficiente.