Diario de León

CRÓNICA SEMANAL

Ruiz-Gallardón calienta motores

Publicado por
MANUEL CAMPO VIDAL
León

Creado:

Actualizado:

TODO sucede vertiginosamente. Zapatero entra por fin en la Casa Blanca mientras el coro cáustico editorial se afana en desacreditar la Cumbre de Washington con el mismo empeño con el que hubieran tildado de fracaso su no asistencia. Si no va, desastre y, si lo consigue, no valía la pena. Previsible estrategia. Algunos, no obstante, en el Partido Socialista siguen preguntándose por qué ese empeño -y ese riesgo- por asistir a la reunión. «Ha salido bien pero podía haber sido un fiasco», opina un diputado. Entre tanto, el vicepresidente Pedro Solbes iba quitándole importancia a la reunión por si acaso Zapatero no se salía con la suya. Es cierto que la presencia de España no garantiza la continuidad pero cabe reconocer que se ha dado un paso importante y que ante Asia, Latinoamérica y Europa queda ese precedente desde el que catapultarse en el futuro. La ausencia de Barak Obama, también previsible, resta notoriedad y trascendencia a la reunión pero el nuevo presidente ha decidido que esta reunión fuera el último acto internacional de Georges Bush y no su estreno mundial. Encerrado en Illinois, Obama prepara un inicio de mandato espectacular, probablemente con Hillary Clinton como número tres, en el Departamento de Estado. Mientras, en la política española la caldera hierve. El impacto Obama no se ha digerido todavía y algunos lamentan en el PP no haber acudido a Estados Unidos la noche electoral. Un colaborador de José Blanco comenta: «No avisó del viaje hasta el último momento para no dar ideas a la competencia». Aquí se ha abierto el concurso para ver quién es el Obama español y varios sueñan con ello, por ejemplo Artur Mas. Desde luego también Zapatero, aunque Esteban González Pons, del PP, no está seguro de que pueda hacerlo: «Zapatero está ahora mismo en el filo de la navaja. Puede caer del lado de Obama, que es el futuro, o del lado del Bush en retirada porque, al fin y al cabo, ZP, como opositor al presidente americano, es de ese tiempo que termina». Es una forma de verlo pero menudo es ZP como para no caer del lado que le viene mejor, aunque siempre hay un supuesto enterado que advierte que «el pacto con Sonsoles, su mujer, era solo de ocho años en Moncloa y después a León. A última hora veréis cómo nos dará una sorpresa». A otros, previsiblemente más enterados, les da risa ese pronóstico, pero ahí queda para que conste. Quien sueña también con ser Obama es Alberto Ruiz-Gallardón. Obama, o lo que sea más conveniente para llegar a Moncloa. Madrid va lleno de rumores sobre su candidatura a las elecciones europeas de Mayo del 2009. Una victoria del PP con su cartel desencadenaría un proceso de sustitución de Mariano Rajoy imparable, estiman en su entor no. Pero el alcalde de Madrid no entra al trapo ni siquiera cuando su rival, Esperanza Aguirre, asegura en un programa de TV que «Ruiz-Gallardón rechazará encabezar la candidatura europea del PP». «La única candidatura en la que estoy es la de conseguir los Juegos Olímpicos de 2016 para Madrid», respondió zanjando la cuestión. Todo el mundo sabe, porque él mismo lo declaró hace ya años para incomodidad de Aznar, que su deseo es otro. Y no quiere pisar una mina en su camino a Moncloa, ni tampoco un callo a Mariano Rajoy. Encabezar las europeas lo alejaría del Ayuntamiento y del sueño olímpico, excelente plataforma electoral como sabe bien Maragall. Y si perdiera, se quedaría en las brumas de Estrasburgo de por vida. Su candidatura está sólo en su cabeza pero el estado mayor socialista se lo adivina. En la refriega por la presidencia de Caja Madrid se han producido las más sorprendentes alianzas: frente a Esperanza Aguirre que cambiará la Ley de Cajas con urgencia para derribar a Miguel Blesa, actual presidente de la entidad, se alinean CC.OO., Izquierda Unida y Ruiz Gallardón, entre otros. Los socialistas de momento se abstienen. Los clásicos se inclinan por apoyar a Blesa para ir contra Esperanza Aguirre. Pero ha trascendido que José Blanco reunió a los suyos el otro día y se limitó a decirles: «Tened en cuenta que nuestro adversario no es Esperanza Aguirre sino Ruiz-Gallardón». Entendido.

tracking