EN POCAS PALABRAS LETRA PEQUEÑA
Autoridad y cachete Sexismo a evitar
LA CAMPAÑA contra el castigo físico infantil que ha comenzado en varias televisiones coincidiendo con el Día Internacional del Niño, supone un nuevo esfuerzo para desterrar de las prácticas familiares y educativas la costumbre de utilizar el cachete como supuesto método de aprendizaje. Pero el arraigado convencimiento en muchos hogares y centros escolares de que un azote a tiempo resulta más eficaz en algunos momentos que el recurso a la palabra convierte el objetivo de erradicar el castigo físico en una tarea compleja. Porque la acertada recomendación de la ministra Cabrera de que se sustituya la fuerza por la autoridad requiere que padres y educadores coincidan en las pautas a aplicar a los menores y refuercen mutuamente los límites a los que deben ceñirse también los más pequeños, en lugar de cuestionarlos. Con todo esta problemática palidece ante otros tipos de maltratos y carencias que sufre la infancia en todo el mundo. LA APERTURA de un expediente a Pachá por parte del Ministerio de Sanidad y el que estudia presentar el Ayuntamiento de Valencia, después de que la discoteca anunciara un sorteo de una operación de aumento de pecho a modo de reclamo publicitario, canalizan la reprobación que ha provocado una iniciativa que utiliza la imagen de la mujer de manera abiertamente sexista. Pero, además, una oferta que implica someterse a una operación trivializa hasta extremos irresponsables la trascendencia de una intervención que requiere, para que sea aconsejable, reunir una serie de condiciones médicas, físicas y psicológicas que los promotores eluden con su imprudente publicidad. La terquedad con que la empresa, que convoca el evento como un cínico «homenaje a la mujer», mantiene sus intenciones enarbolando además el machismo más rancio constituye un argumento añadido para que, de no mediar una rectificación, las instituciones impidan ese sorteo. Pero junto a ello, una iniciativa tan denigrante debería suscitar un malestar social tan expreso como para evitar que la polémica suscitada acabe coadyuvando a los intereses de sus impulsores.