La crisis no es problema de la Junta
YA HE señalado en otra ocasión que el debate sobre el futuro de las Cajas está teniendo, entre otros efectos colaterales, el de desviar la atención del impacto de la crisis económica en esta comunidad autónoma. Mientras otros gobiernos autonómicos se han puesto las pilas tratando de paliar los estragos de la crisis, la
Junta de Castilla y León ha volcado todos sus esfuerzos en su estrategia sobre las Cajas, sin ocuparse de ofrecer respuestas al deterioro de la economía real, la de las empresas y las familias. Después de aquel cacareado plan de medidas aprobado en mayo, cuyos resultados nadie ha evaluado, la Junta remitió su actuación contra la crisis a los Presupuestos de la Comunidad para 2009, actualmente en tramitación parlamentaria. Unos Presupuestos que no han respondido a las expectativas ni en su cuantía -por debajo de lo que permitía el margen de endeudamiento- ni en su orientación.
Coincido plenamente en esto con el PSOE, que considera el proyecto presupuestario poco ambicioso y claramente decepcionante, diagnóstico que pone de paso en evidencia la absurda decisión de los socialistas de no enmendarlo a la totalidad.
Pero a lo que iba. Frente a la batería de medidas desplegadas en otras comunidades, en Castilla y León todavía no se conoce una sola propuesta original. En Galicia, que queda aquí al lado, la Xunta ha promovido -toma nota, Villanueva- un seguro de pagos protegidos para que los parados pueden responder de sus préstamos, ha incrementado los incentivos al autoempleo, ha anunciado la contratación de 2.000 parados para trabajar en la conservación de los montes y el mantenimiento de las carreteras y ha comenzado a proteger la industria auxiliar de la automoción.
El gobierno de Castilla-La Mancha ha sido noticia por conceder una subvención de 2.000 euros a los trabajadores autónomos que queden en paro y el de Extremadura se ha implicado a fondo para reactivar el sector de la construcción, fomentando -apunta Silván- la vivienda de promoción publica, al tiempo que se incentiva la venta de la de protección oficial apoyando a la vez a promotores y compradores. Para esto último el gobierno extremeño ha pactado con bancos y cajas de ahorros -como te lo cuento, Pilar del Olmo- la reducción de tipos de interés a cambio de exenciones o desgravaciones fiscales a las propias entidades financieras. Y en Andalucía Manuel Chaves -atiende presidente Herrera- ha comprometido a los 45 bancos y cajas que operan en esa comunidad a financiar con 720 millones de euros a las empresas andaluzas.
Aquí, la Junta está enrocada en que la crisis es responsabilidad exclusiva de Zapatero y solo a él le corresponde solucionarla. Nada hay que concertar con las entidades financieras y de las Cajas solo interesa uncirlas al yugo fabricado a su medida. Me había olvidado de que en Galicia las Cajas se han comprometido a destinar a inversiones productivas el 50 por ciento de los fondos de su obra social. Aquí ni siquiera sabemos si están interesadas en participar en la empresa británica que ha comprad
o el negocio azucarero de Ebro o si pretenden desentenderse de esa operación y continuar tan ricamente en el grupo matriz.