Diario de León
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LAS ELECCIONES vascas de marzo revisten una singular y especial importancia como ponen de manifiesto los movimientos de los diferentes partidos y líderes políticos. Zapatero se reunirá mañana en Bilbao con una importante representación del empresariado vasco apadrinando a su candidato, Patxi López; Rajoy estuvo el pasado sábado en la capital vizcaína arropando a su nuevo líder, Antonio Basagoiti, tras la traumática marcha de María San Gil; el PNV está en un «vivo sin vivir en mi» ante la esquizofrenia que supone intentar presentar su perfil moderado con un candidato que para nada lo es, como Juan José Ibarretxe. Y Eusko Alkartasuna está a la espera de que ETA se pronuncie sobre su propuesta de un frente soberanista e independentista que aglutine a todos los votantes de la denominada izquierda abertzale, incluida la ilegalizada Batasuna.

Lo que principalmente se dirimirá en las elecciones vascas de la próxima primavera es si después de treinta años en el Gobierno Vasco, el PNV se va a la oposición, lo cual, aunque sólo sea desde un punto de vista de la salud democrática, sería muy recomendable. Para ello, tendrían que suceder varias cosas. La primera, y fundamental, que el partido presidido actualmente por Iñigo Urkullu, perdiera las elecciones, algo que está por ver, porque el PNV es como un gato con siete vidas. Las encuestas dan a día de hoy un empate técnico en intención de voto entre el PNV y el PSE. Y esa situación, tengo la impresión, se va a prolongar hasta el mismo momento en que comience el recuento de votos en la noche electoral.

Pero aun en el supuesto de que el PSE fuera el partido mas votado, habría que ver que gobierno quiere y, sobre todo, puede formar. Da toda la impresión que, si los números lo permiten, la primera opción de Zapatero sería hacer en Euskadi un gobierno similar al que actualmente existe en Cataluña. Es decir, el PSE con toda la izquierda agrupada en siglas como IU, Aralar y lo que pueda conseguir EA con su propuesta de «frente soberanista». Tras esas elecciones y a la vista de que partido gane y de que gobierno se forme, habrá dos cuestiones muy relevantes encima de la mesa de la Moncloa y de Ajuria-Enea. La primera, será la propuesta de un nuevo Estatuto para Euskadi. Conocemos cual es la idea de Ibarretxe, pero no la de Zapatero y del PSE en caso de que lleguen a gobernar en Vitoria. En segundo lugar, no es nada descartable que Zapatero pretenda retomar su proceso de negociación con ETA si, por un lado, la banda sigue siendo debilitada y si, por otro, hay un lehendakari socialista en Ajuria-Enea.

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