ETA y sus cantos de sirena
AL FINAL PARECE que ETA ha entendido las reglas del juego que practica. El Estado de derecho tiene la obligación de utilizar la ley en toda su extensión para combatir el crimen organizado. Un centenar de ex presos de la banda terrorista se han reunido en Asamblea para leer un comunicado ante la prensa en el que denuncian el acercamiento de algunos encarcelados al País Vasco como «una maniobra de división del colectivo de presos» al mismo tiempo que planteaban una negociación para la «resolución del conflicto». Esta reunión de ex presos no es más que un síntoma añadido sobre la extrema debilidad de la banda terrorista, sus divisiones internas y los primeros síntomas del próximo abandono de algunos de sus presos y exiliados que intentarán tomar medidas individuales que pudieran favorecer su situación penal. Lo que los ex presos estaban haciendo sin saberlo es anunciar una próxima estampida de militantes de ETA que ya no pueden más.
La respuesta del Ministerio de Interior ha sido impecable: «la política penitenciaria es un instrumento de la lucha antiterrorista»; y algo que todavía es más importante: negó cualquier posibilidad de negociación con la siguiente frase: «ETA tuvo tres oportunidades de negociar y las desperdició». «Pudo haber acabado como el IRA y ha elegido terminar como el Grapo».
La disolución de los ayuntamientos gobernados por ANV puede ser una puntilla en el corazón de la banda porque la presencia institucional de algunos de sus miembros encubiertos es un factor de coacción importante para la población vasca, un instrumento de recaudación de información importante para ETA y un factor político que le da todavía determinada presencia.
Habrá que estar preparados para la alternativa a esos ayuntamientos y para las respuestas desesperadas de ETA que intentará por todos los medios posibles dar una imagen de fortaleza que no tiene y sólo lo sabe hacer de una manera: matando.