«Manda huevos», que diría Trillo
NO PODRÍA estar más de acuerdo con el colega
del texto
, pero desde mi punto de vista, hemos de centrar el tema desde otro lugar y poner los puntos encima de las íes de una forma racional, es decir, dejarnos de palabrería barata (me refiero a los políticos) y ponernos a pilotar la nave de una santa vez. Y aunque por la rabia acumulada habría encontrado otro epíteto que sustituyera a «santa», creo que la carga de trabajo nos va a caer encima a nosotros, los de siempre y paso a explicarme.
Primero, dejad a los políticos en paz. Desde que llegó la democracia a este país nuestro, y cualquiera se puede dedicar al oficio que le apetezca, la política se ha convertido en el refugio de los inútiles, y si no lo son, se convierten con el paso del tiempo. Y para más inri, no sólo les pagamos, sino que encima nos permitimos el lujo de elegir a qué inútiles les vamos a dar la llave de la caja. «Manda huevos», que diría Trillo.
Metidos en harina con este segmento social se ve claramente que no tienen ni idea de por dónde les vienen los tiros. Ahora bien, de vender la camisa a los votantes, a las juntas vecinales, de aplicar porcentajes a las licencias,-¦ etcétera, eso lo entienden a las mil maravillas. Y tienen que meter el «hocico» como sea, para que, cuando llegue el momento de la fiesta de celebración del fin de la recesión, estar ahí para salir en la foto, y si es posible como los salvadores o por lo menos, al lado. ¿A santo de qué os creéis que vienen tantas reuniones económicas de los estados y tantas inyecciones de un dinero que aparece por arte de «birli-birloque»? Ayer no había mil euros para una obra social y hoy aparecen miles de millones para reflotar a la gran banca. ¿A santo de qué hay que estar «en la tostada» y decir que han sido ellos los que nos han sacado del abismo y una forma como otra cualquiera de cubrir su responsabilidad por no haber hecho funcionar los controles económicos que limitan los desmanes que se han cometido? No hay persona que tenga dos dedos de frente que no se dé cuenta de que esto no va a solucionar nada, sino retrasar la llegada al fondo del diente de sierra que supone la recesión, con lo cual las previsiones de un año, hasta que salgamos de ésta, no están fundadas en la realidad y os aseguro que desearía estar equivocado. Una vez quitados del medio a los políticos, que lo único que hacen es lo mismo que un hombre en la cama después de hacer el amor, -estorbar-, vamos a centrarnos en lo que se nos ha venido encima y cómo lo vamos a resolver.
Esta crisis económica es como un terremoto, es una fuerza de la naturaleza que no hay «dios» que la pare, y nos va a pasar por encima queramos o no, y está provocada por las debilidades humanas, una vez más. El afán de lucro, la especulación, los nuevos ricos y las clases emergentes que vieron que el «maná» no se acababa nunca y que la sociedad de consumo al hacer depender a todos de todos era insumergible como el Titanic, mantuvo la ilusión de hacerse ricos a muchos; muchos más de los que caben en el cupo de ricos de la próxima década.
Todo esto hizo creer a una gran masa social que se podía especular con todo, sin tener experiencia de empresa, y sobre todo llegar al Audi o al BMW. Llegó un momento en que el coche se convirtió en el «pene social» -“a ver quién lo tiene más grande-“ aunque luego no hubiera en casa más q
ue patatas para cenar, pero lo chic, el alterne con las «clases chupis» y el supercoche que no falten. La mayor parte de la gente empezó a creer que con dos sueldos de 1000 ¤ se podía tener un piso de 50 kilos en el centro y un coche de 6 (de los de antes, claro está), y encima amueblarlo como para sacarle fotos en el siguiente número de la revista de decoración. Pero como decía mi abuelo, «a cada gorrino le llega su San Martino», y la cruda realidad acaba por poner a cada uno en su sitio. Estas navidades no se nota mucho ya que las prestaciones por desempleo están comenzando, pero cuando se pasen los primeros meses del 2009 y comiencen a terminarse, vamos a ver las verdaderas dimensiones del «tortazo». Por lo pronto, ya empieza a haber temporeros en el campo de nacionalidad española.
A todo esto y como siempre, los especuladores sin previsión, los empresarios con los deberes sin hacer, los que han tratado de correr más de lo que la prudencia aconseja, los que se dejaron enamorar por los pingües beneficios de la Administración (cuando pagaba), aquellos a los que coge ya con pocas fuerzas y sin herederos, los que se rinden-¦ etcétera. Todos esos se van a quedar en el camino, y los otros resistirán como vayan pudiendo hasta que vaya levantando la marea. Ahora bien, sólo a base de los esfuerzos de los empresarios y de los autónomos seremos capaces de salir del agujero. Pero cuando el «chaparrón» haya puesto a cada uno en su sitio.
Una vez más seremos los de siempre, los curritos, los autónomos que hemos comprado nuestro puesto de trabajo, la pequeña y mediana empresa, aquellos que no tenemos posibilidades de mandar a fabricar nuestros productos a niños chinos por un euro al día para venderlos aquí por 40 ¤, los que después de un montón de años de ser «empresarios» seguimos haciendo 14 horas diarias o escribimos este artículo un sábado en el propio trabajo a las 7 de la tarde.
Una salvedad para los funcionarios. En el artículo de
, puso como colectivo sobredimensionado, y es verdad, pero que también tiene que cumplir una función, que es la de mantener los mínimos de consumo en el momento de la «colisión» con el fondo del pozo, ya que los parados a duras penas podrán llegar a cubrir sus expectativas y los únicos que tengan un poder adquisitivo más o menos sano serán ellos, los funcionarios.
Por lo demás, yo personalmente he dejado de ver en los informativos a los políticos hablando, (salvo cuando se trata de detenciones de ETA), ni siquiera los escucho, están constantemente hablando de cambiar la forma de la economía productiva y otras lindezas por el estilo ¿la van a cambiar ellos?, sólo se ocupan de su propio ego, de no perder el pelo del sillón debajo de su trasero y se pasan la vida discutiendo de estupideces que la inmensa mayoría de las veces no tienen pies ni cabeza. Es triste pero es así; en Alemania los dos grandes partidos se unieron en un gran pacto para evitar divisiones y salir adelante, aquí somos más guapos, seguimos divididos y dividiendo. Se podría hacer un concurso entre políticos, se llamaría «El párrafo en blanco», o cómo hablar sin parar durante más tiempo sin decir nada.