La filosofía de Irigoyen

DICE Ramón Irigoyen que «quien no es feminista es un peligro», y la frase está cargada de razón. Este escritor, ensayista, poeta, traductor de griego antiguo y moderno, cuyas versiones de Medea y las Troyanas han sido tan celebradas, acaba de publicar

El libro (de pequeño nada) trata de la evolución del pensamiento occidental desde la antigua Grecia a la actualidad, y tiene la virtud de estar escrito para todo el mundo. Me explico: no es un tratado de Filosofía, sino que es la historia misma de la Filosofía contada con un lenguaje sencillo y directo capaz de hacer entretenido a Demócrito, Descartes, Spinoza, Schopenhauer, etcétera, etcétera. Ramón ha escrito una historia de la Filosofía tan entretenida que incluso parece capaz de «enganchar» en su lectura a los adolescentes.

Leyendo el libro de este sabio irónico y guasón que es Ramon Irigoyen, de repente descubres algo que es evidente pero quizá por evidente permanecía inadvertido: las pocas mujeres que, en la historia, se han dedicado a la Filosofía. E Irigoyen lo que hace es reivindicarlas, colocarlas en el primer plano, haciéndonos participes de ese déficit. Por eso, al tratar del estado de la filosofía en el siglo XX Irigoyen revindica a Hannah Arendt, Simone de Beauvoir y María Zambrano. Y se confiesa el autor feminista, por eso que dice de que quien no es feminista es un peligro.

es un gran libro, uno de esos libros que uno se alegra de leer, de los que recomienda y regala a los amigos. Desde que en nuestro sistema educativo las Humanidades se han quedado aparcadas a modo testimonial, hay unas cuantas promociones de estudiantes que ni han oído hablar de Demócrito, que piensan que Epicuro es el nombre de un jabón, y el de Nietzsche el de un jugador de fútbol. Pero a lo que vamos, como ha escrito Forges, Ramón Irigoyen ha saldado una deuda con la filosofía hecha por mujeres ¡Ya era hora!