Diario de León
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NO SÉ SI LA FECHA y la conmemoración anexas, son las más indicadas para que el Gobierno, el Estado, el Ministro de Sanidad o el Lucero del Alba sugieran al personal que deben ser proclives a los efectos de determinados productos para que la infraestructura social y sexual no se estravíe, pero es que el señor Ministro del ramo, de la rama y del manojo, Bernat Soria, en colaboración con el no menos ministerio de Educación y Buenas Costumbres está aconsejando con fruición y conocimiento de causa, la utilización y naturalmente el uso de condones, para evitar embarazos no deseados.

Y las tradicionales madres y abuelas se sienten casi ultrajados porque esta información no les hubiera sido hecha a ellas en sus momentos cruciales, cuando el sexo y el galán que la cercaba acabó por dominar la bella especie y resultó más dañada que la huerta del tío Mocazos. Y naturalmente la procreación a caño libre, dio como resultado el aumento de la población en términos tan alarmantes como en China.

Entre el aumento de población como fruto de la libertad de cultos y la intemperancia de la especie hispana cuando asiste al paso de una hembra de tronío y las agresivas mujeres morenas, pero buenas todavía, que se echan a la mar y a los peces en pateras y desembarcan en Formentera o en Cabrera, ya con el niño en la bocamanga, resulta que el índice de habitadores de la Península Ibérica supera ya en millones de niños, niñas y abortos a las cuentas calculadas por el señor Ministro de Sanidad, el cual parece ser que no encuentra procedimiento para equilibrar la población flotante es un instrumento de uso necesario para dormir a pierna suelta y delantera segura. La información y la fórmula para asegurar el ritmo de embarazo y parida ha producido cuando menos dos reacciones singulares y opuestas: Mientras por una parte, las muchachas y los muchachos no se apean de la contraria y siguen confeccionando niños para el cielo y para el paro, el ministerio informa sobre la necesidad de que los unos, los otros y todos cuantos dediquen su tiempo a frivolizar la crisis estimulan a los activos en escena para que antes de hacer las cosas y para seguridad en el resultado de la operación los emparejados para el menester de amor, se provean de condones, que son para el mayor esplendor de la afición el instrumento indispensable, si no se quiere pringarla y ya sin posibilidad de enmienda...

En la España liberada se ha recibido la advertencia del señor Ministro del Gobierno del señor Zapatero con cierto recelo, porque siempre en España se teme que un consejo profiláctico se convierta en un pecado mortal y terminemos los unos y los otros en el infierno, eso sí, con los condones puesto.

La buena voluntad del señor Ministro de Sanidad es indiscutible pero quizá convendría para socializar un poco la medida que el ministerio al cual correspondiera la asistencia, proveyera a los activistas de los medios económicos para sostener el sistema, teniendo en cuenta que hoy el amor no es deporte barato y el condón, como la píldora debiera declararse terapéutica y subsidiada para los temperamentales.

Y en tanto, atened la máxima de la Sorbona: «Amaos los unos encima de los otros». Amén.

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