Un año para el recuerdo
ALGUNOS recordarán 2008 como el año en que los socialistas revalidaron su victoria electoral, pero creo que la mayoría pensará en él como el del comienzo de una grave crisis económica que, por ahora, ha dejado en el paro a más de medio millón de personas (al finalizar el año ya superamos los tres millones de parados). Es una crisis mundial, pero en España, la crisis de la construcción, los
en numerosas empresas y el paro añaden una nota social dramática. El gobierno socialista negó primero la crisis por motivos electorales, luego echó balones fuera y, lo que aún es peor, no parece que tenga una política que contribuya a superarla o, al menos, paliarla. Todo lo contrario, el gasto público, las dificultades para llegar a un acuerdo en la financiación autonómica y los desequilibrios territoriales, añaden más incertidumbre a un futuro que se ve sombrío. Pero no es del futuro sino del año que termina de lo que quiero hablar. Podría hacerlo de la ley de la Memoria Histórica y el papel que en ella han jugado Zapatero y Garzón; de la crisis de la justicia y la persecución vergonzosa al juez Tirado como si fuera el único responsable de la muerte de Mari Luz; del incremento de la violencia de género, pues no hay semana sin víctimas; del triunfo histórico de Barack Obama en las elecciones americanas; del terrorismo musulmán y el terrible atentado de Bombay; o de la sangrienta guerra entre palestinos y judíos que el sábado se cobraba nuevamente dos centenares de víctimas palestinas en Gaza, como respuesta judía a los atentados de Hamás. Todos son hechos importantes que estos días recogerán los medios como resumen del año, por eso no entro en ellos.
Realmente lo que quiero recordar es lo intenso que ha sido este año en mi vida. La celebración de los centenarios de la ciudad de Ponferrada y el de la proclamación de la Virgen de la Encina como patrona del Bierzo me metió en una vorágine, al igual que a otros amigos, que me condujo al agotamiento. Ciclos de conferencias, artículos y libros -”
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(éste editado por el Diario de León), y otros-” son una buena cosecha del año que ahora finaliza. No acabaron con ello las colaboraciones, pues debo añadir el libro sobre fraguas y herrerías de la serie de Tradiciones Populares Leonesas, y otro que ahora termino para una nueva serie de esta misma colección, que se publicará en 2009. No olvido tampoco los inventarios de lagares y bodegas del Bierzo o el del Patrimonio Industrial del Bierzo y de Laciana, que realicé con otros amigos para la Junta y el Ciuden.
Mucho trabajo y alguna diversión. En el 2008 no olvidaré los viajes a Extremadura en la primavera (los dólmenes y el puente de Alcántara), ni el de Huelva en el verano (museo y minas de Río Tinto). Tampoco la inolvidable Semana Santa en París con mi mujer, pero el recuerdo imborrable será siempre el de la visita a Jordania y Tierra Santa en el caluroso mes de julio. Estas fechas navideñas son una buena ocasión para felicitar a los compañeros de aquel viaje, pero sobre todo para recordar los entrañables lugares que recorrimos: el Jordán, el lago de Tiberíades y el Mar Muerto; Jericó, Qumran y Masada; Belén, Nazaret y Jerusalén; Petra, Gerasa y el monte Nebo. Todos son lugares extraordinarios, de una relevancia histórica impresionante, y sobre todo, para los cristianos, en ellos aún se puede sentir la huella de Jesús.