María San Gil, fichaje de Aznar
MÁS de uno, y en más de una ocasión, se ha
tenido que plantear lo que probablemente el propio Mariano Rajoy ha tenido la tentación de ejecutar: ¿Por qué no prescindir de Aznar, de una vez, en la presidencia de Faes? Ya es sabido, Faes es la fundación del PP, puesta en marcha por el propio Aznar durante el tiempo de su presidencia, y a sus tareas se uso al frente al dejar la «política activa», y pasarse a la vida privada y a los negocios. Sucede, sin embargo, que no hay tal retirada de la política, y que muy a menudo, Aznar se ha «refugiado» en Faes para ese mantenimiento en política desde el el que, con demasiada frecuencia, ataca y combate al propio sucesor Rajoy...
Ahora ha vuelto a suceder. María San Gil, se recordará, dio un portazo a Rajoy en vísperas del Congreso de Valencia, cuando el Partido, en la preparación de sus ponencias, rechazó las posiciones «duras» de la que venía siendo presidenta del PP vasco. Rajoy hizo esfuerzos por evitar esa fuga, que le ocasionaba una brecha grave a su credibilidad a su imagen. Pero todo fue en vano. Se atribuyó a Mayor Oreja y a otros «duros» del partido la actitud de San Gil, que incluso dejó de pertenecer al PP y dio paso a su sucesor, el ahora candidato a la lendakaritza Basagoiti. Pues, bien, curiosamente, después de haber aguantado aquellas tensiones, ahora se recuperan algunos de los personajes «del drama»: Mayor Oreja es repescado para volver a ser jefe de filas de la candidatura del PP al parlamento de Estrasburgo, Basagoiti, tras haberse resistido al fichaje de Mayor, advierte que la política vasca se efectúa en Euskadi y no por teléfono, y Aznar repesca a María San Gil para añadirla a sus actividades de Faes, incluso para llevársela a «hacer bolos» fuera de España.
A no pocos dirigentes del PP, todo este episodio le vuelve a parecer una provocación de Aznar a Rajoy, consciente probablemente de que no habrá reacción, ni siquiera de queja, por parte del presidente del PP. ¿Qué otra cosa podría hacer Rajoy salvo «tragar bilis» y desayunarse ese sapo servido por su antecesor en la presidencia del PP, que fue quien precisamente le aupó al cargo que ocupa? Posiblemente es cuestión de detalles y amabilidades, y Aznar no anda sobrado de esa clase de detalles para quien fue su favorito cuando todo parecía que estaba designando al sucesor, no sólo en la presidencia del PP; sino también en la presidencia del gobierno de la nación. ¿Qué dirá Rajoy? Ha dicho repetidamente que él es un hombre previsible y de quien se puede adivinar lo que piensa y lo que hará. Volverá a decir que Aznar se dedica a sus actividades, fuera de la política activa, y que, siquiera para uso externo, es su problema si ficha o deja de fichar a quien dio un portazo al presidente del PP y al PP hace menos de un año.
Y por si fuera poco, una encuesta de El Mundo señala que los votantes del PP prefieren a Gallardón o a Aguirre de cabeza de lista antes que a Rajoy, y casi el 50 por 100 de los que le apoyaron, cree que el actual líder no será el próximo candidato. El mismo diario, que muy a menudo ejerce su tarea opositora, remacha su jugada con un editorial que titula «un Zapatero consolidado frente a un Rajoy en precario». Definitivamente,. No empieza bien el año para don Mariano, a quien en los próximos meses esperan las elecciones gallegas, vascas y europeas...