Responsabilidad europea

LA CRISIS del gas entre Rusia y Ucrania está afectando ya muy notablemene al suministro hacia los países europeos, justo cuando el frío aprieta. La renuencia oficial de la Unión Europea a implicarse en la resolución del mencionado conflicto se enfrenta al cada día más claro propósito de Moscú y Kiev de hacer valer sus respectivas posturas mediante los efectos que su particular contienda tiene sobre terceros países. La dependencia respecto a Gazprom resulta muy desigual en el consumo energético europeo; como es también desigual la posibilidad que los socios de la UE tienen para optar por proveedores alternativos. Sin ir más lejos, la crisis no representa riesgo alguno para el flujo de gas que precisa España. Pero el hecho de que los intereses inmediatos sean muy diferentes entre los países europeos no debe conducir a la Unión Europea a retraerse ante un pulso que amenaza directamente su seguridad energética.