El banquillo vasco
A MÁS DE UNO, la decisión del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco de sentar en el banquillo de los acusados, por el presunto delito de hablar entre sí, al lendakari y candidato del PNV Juan José Ibarratxe, al líder socialista vasco Patxi López, y a los máximos responsables del grupo ilegalizado Batasuna. ¿Es delito hablar con los adversarios políticos, incluido el caso en que éstos estén fuera de la ley? Eso es lo que sostienen y defienden los acusadores, El Foro de Ermua y la asociación Dignidad y Justicia, y eso es o que deberá dilucidar y determinar el juez de este sorprendente caso, que con extraordinaria oportunidad, sienta en el banquillo a los dos principales candidatos a la presidencia del gobierno autónomo vasco del primero de marzo.
El lunes se continuará este juicio, que apenas tuvo una primera sesión «de tanteo y exhibición» de banquillo. Por lo demás, tanto Ibarretxe, como López u Otegi, los tres con coincidentes en que las circunstancias del momento de aquellos encuentros, desarrollados en abril y julio de 2006 y en enero de 2007, Ibarreretxe con Otegi y sus secuaces, Patxi López con los mismos dirigentes batasunos, y un nuevo encuentro del lendakari con Otegi cuando ya había estallado el explosivo de la T-4..., era bien distinta a la actual: por entonces estaban en curso las negociaciones del gobierno con ETA en la búsqueda de un final dialogado de la violencia etarra, un proceso que finalizó con el estruendo del atentado de la T-4, y con el regreso a los actos criminales por parte de la banda ETA. Pero en aquel momento, muchos sospechaban que el diálogo podría dar frutos beneficiosos para un «conflicto», como lo llama la banda y sus socios batasunos, que ya dura medio siglo
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No se tiene a menudo en el banquillo de los acusados al presidente del gobierno autónomo por el presunto delito de dialogar con la representación de una fuerza política de indudable visibilidad social en Euskadi. Ibarretxe quisiera ahora que la propia Justicia legitimara su diálogo con los batasunos proetarras. Por su parte, los acusadores, el Foro de Ermua y Dignidad y justicia, argumentan que la sentencia del Supremo sobre el Caso Atutxa, el presidente del parlamento vasco que se negó a acatar órdenes de los jueces de la Audiencia Nacional sobre la disolución del grupo parlamentario batasuno, les da argumentos para mantener la acusación.
La cuestión quedaba planteada al término de la primera sesión de la vista: El fiscal y dos de los defensores han pedido que se dé ya por terminada la vista con una sentencia absolutoria. ¿Hay causa, o no hay causa? La vista oral ha quedado pendiente de que el Tribunal decida si el juicio prosigue o ha concluido apenas empezado. Parece lo más razonable...