Un posado controvertido

UN POSADO de Soraya S. de Santamaría ha reabierto la polémica sobre los límites de los representantes políticos a la hora de mostrarse al público en papeles distantes de su tarea institucional. En este, como en otros anteriores, no se trata de la exteriorización de la vida privada de una alta responsable de un partido, sino de la puesta en escena de una determinada imagen de ella misma a la que el medio la había invitado. El hecho de que fuese inducida al posado no la exime de la responsabilidad que contrajo al comparecer esta vez de una manera tan diferente a su presencia habitual en los medios de comunicación. Sin duda, tiene perfecto derecho a ello. Pero si la linde entre lo público y lo privado está siempre en discusión también en el ámbito de la política, resulta del todo discutible la pertinencia de un posado que ni es reflejo de la dimensión pública de una persona ni, probablemente, es fiel retrato de su faceta privada.