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Publicado por
León

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EL ESTRICTO control y supervisión del comportamiento como ciudadanos y contribuyentes a que someten las instituciones estadounidenses a los nominados como aspirantes a formar parte del Ejecutivo está causando problemas al presidente Obama, que ha tropezado por ahora hasta en tres ocasiones con elegidos bajo sospecha. En concreto, la renuncia de Nancy Killefer para dirigir una nueva oficina de control del presupuesto y la eficiencia del Gobierno, al conocerse que no pagó una parte de sus impuestos correspondientes a la cotizaciones de una empleada de hogar, supone una confirmación de la doble moral con que parecen conducirse algunos representantes públicos. Pero los problemas que están sufriendo algunos de los candidatos de Obama también evidencian que el rigor en su evaluación permite a las instituciones eludir el desgaste y el desprestigio que podría provocar que estos mismos hechos se conocieran por la opinión pública en el ejercicio del cargo.