LA OPINIÓN DEL LECTOR

Señor alcalde: tengo un deseo para usted El transcurso del tiempo y de los acontecimientos que van sucediendo en el Ayuntamiento, dejan a las claras la falta de capacidad, esencia y sustancia política del alcalde, don Francisco Fernández, que no quiere, que no entiende, que no sabe gestionar el municipalismo leonés. La legislatura para este equipo de gobierno, PSOE más la coadyuva del dos más uno de la UPL, finalizó parece ser, el día que oficialmente tomaron posesión de sus respectivas actas, ya que, desde entonces las decisiones del alcalde se circunscriben a alimentar a las bases socialistas y afines, obviando temas de gran calado, sumiendo a la ciudad en una deriva preocupante; parques y jardines abandonados a su suerte, edificios emblemáticos como el Auditorio, importantísima tarjeta de presentación de la ciudad, se van deteriorando sin que exista un plan de mantenimiento y conservación al uso, los pavimentos de las calles repletos de socavones y baches, despidos discrecionales de trabajadores con formas pueriles, debido a su afiliación política y contratación de otros con una encomienda incierta y dudosa pero con emolumentos imposibles, bajo el prisma de la sensatez. Por otro lado el vicealcalde, don Javier Chamorro, representa la inacción más absoluta desde que finalizaron sus bandazos al desvincularse de su progenitor político, el controvertido Rodríguez de Francisco. Así las cosas, cuando el desaguisado municipal ensancha, los recursos de apelación más socorridos para producir humo son: la deuda municipal, Mario Amilivia y el PP. Nunca León ha tenido un periodo político tan próspero como el vivido en la etapa del señor Amilivia, con sus equipos de concejales del PP y siendo presidente del Gobierno, José María Aznar. Se iniciaron, se desarrollaron y se inauguraron o los tres a la vez en un mismo mandato, proyectos vitales y necesarios para consolidar a la ciudad de León y su provincia como uno de los referentes del noroeste español. Para ello basta acudir a las hemerotecas de muchos periódicos de tirada nacional e internacional para corroborarlo. Así, fue noticia la inauguración del Auditorio Ciudad de León, la autopista León-Astorga, la autovía León-Benavente, el Musac, el aeropuerto de la Virgen del Camino, el inicio de actuaciones para hacer factible la llegada del AVE a León; nunca faltó iluminación navideña, los espacios verdes siempre impolutos junto a sus ornamentos florales según la estación, se ejecutaban planes de asfaltado de calles, así como, la remodelación de muchas de ellas destacando la de la calle Ancha, por cierto, con crítica socialista de los de entonces. En definitiva, se logró generar ilusión en los leoneses, rompiéndose con el conceptualismo de ciudad de provincias y proyectándola al resto de España e incluso a países europeos. Hoy, por desgracia, la energía cinética de todo lo anterior se va agotando, habida cuenta, que el alcalde y sus ediles jamás han tenido ni tendrán un sentimiento y vocación de servicio público a los leoneses; en cambio, sí parecen tenerlo con colectivos y personas afectos a sus siglas actuando en beneficio de aquellos, como si el Ayuntamiento fuese su empresa y los recursos económicos, despilfarrados en indemnizaciones por despidos y otros menesteres, sus propios dividendos. Espero que en los próximos comicios, los leoneses pongamos a estos chirlachis de la política donde han demostrado que merecen estar y su paso por el Consistorio sea recordado como algo fugaz, como «una mala noche en una mala posada». Julio Cabo F. (abogado. Afiliado al PP. Ex director del Palacio Municipal de Deportes).