¿Y ahora qué?

¿Y AHORA qué? Si, ahora qué, porque el debate parlamentario sobre la crisis económica ha dejado una estela de insatisfacción no solo en los grupos de la oposición sino entre los ciudadanos que esperaban un rayo de esperanza. El presidente Zapatero ha pasado de un optimismo militante a que en cada aparición nos va diciendo que las cosas pintan mal y en ésta última comparecencia parlamentaria incluso ha dicho que aún no hemos tocado fondo. De manera que abróchense los cinturones y agárrense fuerte porque aún no ha llegado lo peor.

Zapatero tuvo que escuchar de los portavoces parlamentarios un sinfín de reproches pero quizá el peor reproche que le están haciendo al presidente del gobierno, y no solo dentro del hemiciclo, es que ésta crisis le superar, que está desbordado por ella, con un gobierno moribundo, y un vicepresidente económico políticamente abrasado. Es decir, que lo que se cuestiona es la capacidad del gobierno y del presidente para hacer frente a la crisis. Y es que las medidas que va adoptando el gobierno parecen parches, que pueden ser útiles, sin duda, pero parches.

Ese es otro de los reproches que le hace no solo la oposición: la falta de un plan concreto con visos de ser eficaz. Pero más allá de los reproches lo que los ciudadanos quieren, queremos, pero también lo es que no solo éste gobierno, también los del Partido Popular, cerraron los ojos a un desarrollo económico basado casi en exclusividad sobre el «ladrillo», y que tarde o temprano esa burbuja se terminaría por pinchar.

Al menos ahora el presidente ha prometido que no va a dejar desamparados a quienes pierden el empleo y ha prometido reducir los gastos de la Administración. Es una medida adecuada, que debería de haber adoptado con antelación, peor bienvenida sea, eso si, los presidentes de todas, insisto en lo de todas, las Comunidades Autónomas, deberían de hacer otro tanto de lo mismo. Resulta inaceptable que precisamente en estos momentos de crisis se dediquen a gastar en partidas supérfluas.

El presidente hasta ahora se ha garantizado la paz social con los sindicatos, pero ¿hasta cuándo?. La foto con empresarios, banqueros y sindicatos, puede resultar alentadora pero es suficiente como talismán para enfrentar la crisis. O Zapatero consigue, buscándolo realmente, el concurso de todas las fuerzas políticas para sacar a nuestro país del agüero de la crisis o él solo no podrá resolverlo.

Hace un año el presidente y el vicepresidente nos auguraron un futuro inmejorable y calificaron de catastrofistas y antipatriotas a los que avisaban de la que se nos veía encima, un año largo después y, en vista de cómo están las cosas, Rodríguez Zapatero tiene que hacer algo más que presentar medidas deslavazadas, tiene que presentar un plan claro y conciso que empiece a sacar a nuestro país del agujero y lo debe de hacer con el concurso de todos. A la pregunta de y ahora qué solo se puede responder con que ha llegado la hora de que de verdad todos arrimemos el hombro.