Diario de León

TRIBUNA | alberto del pozo robles

Defendiendo La Robla

Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

DESDE EL MÁS PROFUNDO respeto a la Agrupación Local del PSOE en La Robla (igual que hacia el resto de roblanos) debo contestar a quien amparándose anónimamente en esa Agrupación, deberá responsabilizarse del escrito publicado el pasado 9 de febrero en el Diario y que titula «En defensa de La Robla».

Mire, sea usted quien sea, creo que no entiende nada.

Me siento obligado a contestarle no sólo por alusiones, sino por el convencimiento que tengo de que un buen número de vecinos de La Robla participan más del reconocimiento de malestar provocado por la desidia en política medioambiental que se padece en este municipio, que por la pretendida riqueza o prosperidad municipal derivada de su «esplendorosa» industrialización, «riqueza y prosperidad» que por otra parte nadie parece encontrar por ningún lado.

El anónimo autor de ese escrito también coincidirá conmigo en que el objetivo de las empresas en general no es crear empleo, como si de Fomento u ONGs se tratasen, sino que en su lógica de mercado buscan rentabilidad y beneficios, y ello en algunos casos incluso abusando lamentablemente de despidos sin causalizar y provocando desempleo. No entiende usted que 21 años trabajando en ese municipio me han permitido estrechar fuertes lazos de afecto hacia esa población, especialmente hacia los que sufren una cierta desidia por parte de las distintas administraciones.

Tampoco entiende, por ejemplo, que al comentar el innegable riesgo para la salud que provoca la contaminación, no estoy siendo un «alarmista» sino que ese riesgo algo constatable científicamente, y que advertirlo es mi obligación ética y profesional, como lo es el destacar las enfermedades que aquí se observan y que responden al conocimiento empírico obtenido durante mi ejercicio profesional en este municipio, y no a ninguna ambición política personal. Al igual que otros, tampoco entenderá usted cómo el trabajar en sanidad no es sólo hacer recetas o aliviar unas hemorroides.

Por otro lado, el desacreditar mis afirmaciones sugiriendo que mi pretensión al hacerlas obedece a alguna ambición política personal resulta tan pobre, argumentalmente, que nos retrotrae a esas «otras» en las que un oscuro personaje de nuestra historia atribuía cualquier resistencia o discrepancia de opinión al tan manido «contubernio judeomasónico».

Tampoco entiende usted que para defender a la Robla antes habría que identificar riesgos, peligros, debilidades y necesidades (lógica cartesiana al fin y al cabo) y sólo después de ello implementar una estrategia. Así, por ejemplo, podría usted haber empleado ese valiosísimo espacio de su escrito en este Diario para «defender» realmente a La Robla exigiendo más recursos sanitarios humanos y de infraestructura, (dado que La Robla es el municipio rural que menos recursos humanos posee proporcionalmente a su población), o bien para solicitar un mas amplio y accesible Consultorio (ya que la batalla por el Centro de Salud la perdieron), o bien para exigir el cumplimiento de los límites de emisión contaminante de las empresas, etcétera, etcétera... En fin, defender a La Robla pasa por otras consideraciones que a usted no parecen interesarle.

Tampoco entiende que si he afirmado que en La Robla se aprecia un destacado déficit democrático, ello es una apreciación sociológica realizada en términos de vertebración social, cohesión y participación comunitaria en los asuntos públicos, y nunca una ofensa personal y menos aún para los que no han tenido ninguna responsabilidad política para otorgárselo.

Y por no hacer reiterativo este escrito, sólo recordarle lo peligroso que es entrar en la aparente aporía entre empleo y salud, porque si el empleo es necesario, no siempre lo puede ser «a cualquier precio», ya que resultaría muy denigrante el prescindir de la salud o de la dignidad del mismo... Recuerde cómo los esclavos de la antigüedad también tuvieron su «empleo»... pero a su manera.

Mire usted, yo no doy crédito a quienes afirman que esos que consienten complacientes la contaminación de La Robla es porque son «barrigas agradecidas» que han logrado «colocar» a sus amigos o familiares en esas industrias, pero resultaría escandaloso comprobar que estoy equivocado. Y yo no sé si defiendo La Robla como usted dice que hace, pero lo que sí se es que intento defender su salud y dignidad.

Ignoro si usted pretende volver a contestar a este escrito, pero yo ya le anticipo que yo no lo haré. Visto cómo lo entiende usted, me resultaría tedioso e inútil.

tracking