Los parados y las rebajas

PODRÍAMOS AÑADIR como signo de nuestra hora, la llegada de novísimos navegantes de Tanzania o del Senegal o de Malí, dado que elementos dedicados a la navegación clandestina sobran en este mundo tan turbado, contrario y encanallado.

Quisiera disponer de tal capacidad para la persuasión que mis palabras pudieran entenderse como lecciones del buen juicio o del bien entendido de la solidaridad. Pero esto sería tanto y cuanto como pedir peras al olmo, teniendo en cuenta de que no está el bollo de la actualidad española, ni por supuesto menos aún la leona, para presumir de bonanza económica y de sabiduría política.

Por ejemplo y para el corto cortísimo conocimiento del común de vecinos: Se anuncia, se rumorea, se declara que en el Municipio, tan tormentosamente manejado, se van a producir cambios. Y lo curioso del caso es que el cambio que se anuncia, lejos de mejorar el producto, lo que hace es enturbiarlo y corromperlo más aún si cabe. Tendremos, no sabemos cuándo, pero se supone que antes de que se produzca una nueva combinación municipal y los múltiples juegos de manos que se suceden y se disfrazan de Reyes Magos, antes de que el gallo de Morón de a los aires su kikirikí de alerta. En el entreacto las activas amas de casa de toda la península e islas se disponen a reñir la última batalla: la de la conquista de la braga, del chaquetón o de la bufanda para el niño. El espectáculo es digno de entender y sobre todo de analizar:

¿Son tantos y tan variados los objetos y prendas que se proponen para suplir los vacíos del armario como para que las bravas, bravísimas señoras nuestras y suyas se lancen a la pelea con más denuedo que la Ministra de la Armada y de la que se puede armar?

¿No dicen los papeles que estamos en crisis? ¿Ha de entenderse esto como una situación social en la cual la mayor parte de la población civil militar y eclesiástica se considera necesitado de ayuda? El Comercio de España y de León está de moda y no existe ni la menor gana de abandonar el campo de batalla considerando que cuando se producen tan ardientes altercados para conseguir una chambra para la niña aunque sea a costa de dejar la piel y el páncreas en la refriega, la crisis, la desaceleración no es de tal magnitud como para que el señor gobierno Zapatero se sienta obligado a más intensos juegos de manos. Los analistas contables dan como seguro de que antes de que canta el antecitado gallo de Morón, el número de parados alcanzará la cifra de cerca de cuatro millones de peregrinos a la puerta de la Casa de Caridad, del centro, templo, conventuelo o iglesia artesana. Y para suplir este aparatoso número gravitando sobre el gobierno, éste no pondrá obstáculo para permitir que todo africano, americano o europeo en crisis que ande por el mundo sin trabajo y sin papeles, pueda conseguir un puesto en la España madre.

Será éste un estado un tanto contradictorio y de lo más incongruente, pero será así como los sumos técnicos de la nación pretenden superar el trance... Y así que alcancemos la cima de la devoción, dirigiremos nuestras preces a la Virgencita del camino para que nos acoja, porque esperar una solución lúcida y suficiente del Gobierno, de la Diputación o del Municipio es como conseguir el premio de la Lotería sin hacer trampas...