Que se sepa

CADA vez hay más parados y más presuntos. Como el Gobierno es incapaz de detener el crecimiento del primer linaje, ha optado por llevarse detenidos a algunos miembros de la segunda estirpe. El último por ahora ha sido el alcalde socialista, pero popular en su pueblo, conocido por Pepe «El Patillas», de nombre artístico «Pepe Calayo». Un paleta simpático, que canta fandangos y firma muchos papeles. Con él aumenta el curioso álbum de personajes españoles que adquirieron bruscamente una gran notoriedad. El alcalde de Alcaucín, que lleva cinco gobiernos con mayoría absoluta, merece que su nombre y sus alias figuren en la iconografía de los últimos tiempos nacionales, junto a «El cojo Manteca», «El Dioni», «EL Cachuli» y otros egregios contemporáneos.

El regidor ha sido expulsado de su asociación política, que ha descubierto tardíamente eso de la tolerancia cero. Si todos los partidos hicieran lo mismo, se quedaban medio vacías las casas consistoriales. Para dar un paso en ese sentido, el pleno del Ayuntamiento de la hermosa y saqueada Marbella ha acordado publicar el patrimonio de todos sus ediles. Es una buena fórmula para que se sepa, si bien no lo que tienen, sí lo que declaran tener. Ojalá sea plagiada. En numerosas localidades la publicación de bienes recientemente patrimoniales exigirá un volumen como «El libro gordo de Petete». ¿Quién escribirá ese libro que muy bien podría titularse «Alí Babá y los 4.000 ladrones»? La gente quiere saber cómo se han enriquecido algunos de sus más respetables conciudadanos. Don Miguel de Unamuno decía siempre que el saber no ocupa lugar, pero ocupa tiempo, y los parados tienen por fortuna mucho tiempo libre, para su desgracia.