Hacer las cosas bien

EL PASEO de El Parque tardó mucho tiempo en adecentarse. Desde aquí lo pedí más de una vez porque era otra salida para evitar Fernández Ladreda en su tramo más urbano, aprovechando la urbanización de La Lastra. Y como todo llega un buen día se asfaltó. Hasta aquí, lo normal. Lo que ya no lo es tanto es que la calzada del citado paseo presente un deterioro grave, impropio de una calle que ha sido remozada en la última hornada de Poridad, por así decirlo.

En el cruce con Fernández Ladreda, justo donde el paso de peatones, hay unos desconchones que presagian los próximos socavones que aparecerán, de tamaño descomunal. Es justo donde acaba el nuevo asfalto y enlaza con lo que había antes. El deterioro es grande y el agua se acumula allí, por lo que los vehículos salpican a quien espera para cruzar el paso de peatones. Pero esto no es todo, la calle tiene una columna vertebral que también está deteriorada, justo otra vez donde coincidían las dos capas de asfalto, cuando se arregló uno y luego otro sentido de la marcha.

No es normal -”o no debe de serlo-” que el deterioro llegue tan pronto a lo que se arregla, porque casi no llega ni al clásico «tente mientras cobro» y como son muchas las calles deterioradas no nos podemos permitir que las que se arreglan duren bien un suspiro, porque tardarán mucho tiempo en volver a repararse. Creo que es una falta grave de profesionalidad de quien hizo la obra y una negligencia no menos grave de quien la recibió. En Poridad no hay dinero, por eso no puede despilfarrarse pagando unas obras que no se hacen bien. Alguien tendrá que asumir el fallo y aprender para evitar que se repita en el próximo asfaltado de unas cuantas calles. Habrá que estar atentos.