El Reino de León, la celebración y Galicia

Tendrán... de no incluir a Galicia dentro del tal conmemoración (1.100 aniversario del Reino de León). ¿Cómo pueden hablar de Alfonso VI sin estar presente el arzobispo Gelmírez o Pedro Pérez de Traba, que fue el ayo y educador del nieto Enrique Raimúndez, Enrique VII, de León, Castilla y Galicia? En el siglo XI no hay un sentido de Reino, tal como hoy lo concebimos, sino sólo de dinastía. Los pueblos eran otra cosa, sirvieron, como en el caso de Portugal, para justificar las ambiciones personales de un hijo de Doña Urraca, Alfonso Enríquez, cuyo hijo se proclamó Rey de Portugal. Galicia estuvo a un tris de ser Reino en el s. XI y XII. No te olvides: si Doña Urraca, la hija de Alfonso VI, al casarse en segundas nupcias con Alfonso I de Aragón, el Batallador, tiene un hijo con éste, Galicia sería para el primogénito de la reina, Enrique Raimúndez, hijo de Raimundo de Borgoña (así lo dejó en su testamento Alfonso VI). Pero al no tener hijos con Alfonso de Aragón, dicen que por ser éste marica o impotente, el conde de Traba  y el arzobispo Gelmírez, no se contentaron con Galicia y jugaron la carta de colocar a su pupilo Enrique como Emperador, más que Rey, de León y Castilla (Enrique VII, proclamado rey y enterrado en Santiago). Por ambiciosos, se quedaron sin Galicia, nada menos que el germen de lo que después fue Portugal. Cosas de la política que pagan los pueblos. Aunque a sus dirigentes no les fue mal, participaron en las conquistas de los reinos de Castilla y León y se hicieron con una gran parte de sus títulos y privilegios. Los poderosos siempre barren para casa, y a sus pueblos que los zurzan, peor aún, les obligan a que los apoyen sin rechistar. Pero Galicia siempre fue un pueblo diferenciado, que ayudó a hacer un León y una Castilla más fuertes frente a los musulmanes en su día, cosa que jamás le reconocieron después estos reinos. Es una deuda histórica, que nunca olvidamos, y que ahora se pide exigiendo el reconocimiento de su carácter nacional (otra cosa es la forma de Estado que se pacte). Siempre pensé que nuestra dignidad como gallegos se la llevó Portugal, que también tuvo su imperio. Vosotros os apropiasteis del Santiado Matamoros y nos dejasteis el Peregrino, sin saber que el primero era el Antimahoma de la cruzada, la yihab cristiana, que tantos disgustos nos provocó en la historia. Menos mal que Cluny nos trajo el románico, pues el denso substracto cultural lo teníamos de viejo. Que Santiago el Mayor haga autocrítica y nos abra las Españas que él cerró.Por un León y una Galicia libres y en su sitio cada uno.Como no sé como se diría abrazo en leonés, te lo diré en gallego. Unha aperta. Celebraremos vuestro centenario, si no manipuláis la historia, brindando con un «bon vino» de alvariño en concha peregrina; después tomaremos algún que otro embutido leonés, regado con vino del Duero.