CRÓNICAS BERCIANAS | A. CALVO
En estos tiempos que corren
ÉRASE UNA VEZ. Así empiezan todos los cuentos, pero la vida no está para eso. Llegar al mundo hoy en día, como dice el anuncio de un refresco, es algo complicado, pero aunque sean tiempos difíciles para el hombre siempre son buenos tiempos para la vida. Mirar hacia adelante y saber sobreponerse es uno de los lemas que hay que aplicar día a día. Los tropiezos en el camino van a estar siempre y, por este motivo, es mejor coger agilidad para empezar a saltarlos. Ese salto no implica bordearlo y olvidarlo, sino que el recorrido cogido para tomar impulso debe ayudarnos a leer la piedra en el camino, a saber por qué está ahí y a intentar encontrar la solución para, más adelante, poder intuir una situación similar y saber cómo reaccionar.
Paula, la vida que acaba de empezar tiene mucho camino por recorrer. Los días no serán fáciles, pero no por eso hay que echarse atrás. Ahora todo se reduce a tu rincón de gimnasia, donde ves el mundo de color de rosa. Pero todo tiene matices. Hay más colores en el espectro y todos tienen su encanto, su enseñanza y sus cualidades. Ayer fue el día de la Mujer Trabajadora. Los libros de historia muestran la hegemonía del hombre durante siglos y esa herencia aún perdura en algunos ámbitos. Cuando seas mayor nos seguiremos acordando del aceite, ese con el que el cura te bautizó remarcando como un elemento más de la cultura femenina. Medir los conceptos y saber estar es otro de los consejos. Ningún extremo es positivo, pero tener las ideas claras siempre ayuda. Las cosas habrán cambiado mucho cuando tengas años y más cuando pases muchos noviembres. Predecir el futuro no es cosa humana Paula, pero hay está la gracia.
Los cuentos de hadas, de princesas, de brujas y de héroes son eternos y espero que la magia y la fantasía te acompañen siempre. Ambas son compañeras de viaje de la ilusión y con ésta se pueden conseguir muchas cosas. Había una vez una niña que vivía cerca del mar, tan cerca que el olor llegaba hasta su cunita. El ruido de las olas la acunaba cada noche, junto con la canción de Los Tres Mosqueteros con la que su mamá la mecía . Al otro lado de las montañas, los toros y los guirrios la esperaban para poder cumplir con ella la tradición, las fiestas en la era y el calor de la gente de pueblo. Las sorpresas de la juventud.
Su familia le fue enseñando día a día, le fue dando vida y explicándole el por qué de las cosas. Los enanitos, Hansel y Gretel, el flautista de Hamelín, Pinocho y Cenicienta y la princesa de la mano; con todos esos cuentos fue adquiriendo una nueva moralina para saber diferenciar y actuar, para distanciarse de lo malo y escoger siempre el buen camino. Los cuentos te enseñan esas cosas y aunque no son la vida real, ayudan a conciliar el sueño cuando te pones a contar tus cositas por la noche. Escucha, déjate llevar por las historias y la experiencia.
Es verdad, lo dice en el mismo anuncio. Siempre nos acordamos de las cosas buenas. Las malas es mejor dejarlas atrás. Paula, empieza pronto a caminar por tu sendero, por tu recorrido. Disfruta de cada segundo, de cada momento y de cada persona, sobre todo de los que te rodean.