Sin trabas

LA SUPRESIÓN de las restricciones legales sobre el uso de fondos federales para financiar investigaciones con células madre embrionarias de origen humano confirmada por Barack Obama reabrirá el camino al estudio científico de nuevos tratamientos sobre enfermedades de difícil curación cerrado por George W. Bush en 2001. El nuevo presidente de Estados Unidos cumple así una de las promesas realizadas durante la campaña electoral, lo que sin duda le costará severas críticas desde las organizaciones conservadoras contrarias a la experimentación con embriones humanos y reabrirá el debate sobre los límites de la ciencia y su roce con la ética y la moral. Pero tampoco le van a faltar apoyos