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TRIBUNA

La ignorancia es la madre de todas las calumnias

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León

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LEO CON ESTUPOR en la edición del miércoles del Diario de León una tribuna de opinión del licenciado en Derecho y residente en Asturias, Nicolás Bartolomé Pérez. Es difícil encontrar tantos exabruptos, calumnias y afirmaciones infundadas como en el escrito de alguien con estudios de Derecho metido a filólogo sin conocer ni la realidad cultural ni lingüística leonesa. Es más, creo que como doctor en filología y estudioso del leonés y de otras lenguas minoritarias es mi deber defender al estamento de investigadores-filólogos de los ataques infundados de quien ni es filólogo ni trabaja de modo científico en pos de la conservación y recuperación de la lengua leonesa.

Este señor con estudios de Derecho carga contra aquellas organizaciones y asociaciones culturales de defensa del leonés que no son de su agrado, elevando a unos inciertos y dudosos altares a colectivos prácticamente extintos como la asociación político-nacionalista La Caleya, que bajo su paraguas de cultural tiene entre sus fines la difusión del nacionalismo, tal y como consta oficialmente en el registro de la Junta, o interesados exclusivamente en la divulgación no científica de vocabularios locales, sean en la lengua que sean, como Furmientu. Estos colectivos, el uno prácticamente inactivo desde hace años y revivido ahora desde el norte de la Cordillera Cantábrica con fines estrictamente políticos, el otro sin interés alguno en hacer progresar una norma de la lengua supracomarcal, son ahora rehenes del abogado Bartolomé Pérez, quien no sólo habla en su nombre, sino que me atrevo a decir pretende controlar férreamente desde Oviedo, convirtiéndolas en sus títeres. Ya en un artículo publicado a finales en 2008 en una monografía sobre lenguas minoritarias en una prestigiosa editorial centroeuropea avisaba yo sobre el peligro que corría el ingente trabajo realizado por el leonés en los últimos años a cargo de personajes sin formación específica filológica como Bartolomé Pérez.

Este trabajo ha sido realizado, como allí exponía, en la provincia de León y en la de Zamora por la Asociación Cultural pula Llingua Llïonesa El Fueyu, en El Bierzo por la Asociación Cultural El Toralín y en Salamanca por la Asociación Cultural La Barda. Basta visitar la página web de la primera (www.elfueyu.net) para hacerse una idea equilibrada de la gran cantidad de actividades organizadas solamente por El Fueyu, que van desde la docencia de cursos de adultos en las ciudades más grandes de León y Zamora hasta la publicación libros (como «Cuentos del Sil»), la celebración de jornadas de estudio o la colaboración con la Diputación de León para impartir cursos de Lengua Leonesa.

Todos los que hemos venido colaborando con las organizaciones y asociaciones culturales a las que tanta aversión tiene el jurista afincado en Asturias Bartolomé Pérez somos testigos de primera mano de la alta calidad de la docencia de los cursos desarrollados, así como de su éxito de participación, con más de cien matriculados sólo en los cursos para adultos de la ciudad de León. ¿Por qué critica estos cursos sin haber tomado parte en ellos, viviendo en Asturias y careciendo de la formación filológica necesaria para emitir juicios de opinión?

En especial me corresponde a mí, como doctor en filología y con la experiencia de ser co-responsable del diseño y la preparación de los nuevos títulos de grado de la facultad de filología de la Universidad de Salamanca, certificar que las personas implicadas en el diseño curricular y la docencia tanto de los cursos de adultos como de menores son (somos) personal altamente cualificado, en algunos casos doctores en filología o investigadores con publicaciones internacionales. La bajeza moral y la falta de educación a la que alude este señor es fácilmente aplicable a él mismo, por obrar de mala fe, por un lado, y dar muestras de más absoluto desconocimiento de la realidad formativa y académica de los integrantes de los grupos de trabajo de las asociaciones a las que critica sin motivo alguno.

Son de especial reprobación las malintencionadas referencias a Abel Pardo, concejal de Cultura Leonesa del ayuntamiento de la capital. Haciendo uso de falacias, mentiras y críticas sin fundamento típicas de quienes no son capaces de encontrar argumentos, el señor con estudios en derecho canaliza su odio insultando vilmente a una de las personas que más ha trabajado para mejorar la situación del leonés en los últimos tiempos, Abel Pardo.

Critica usted sin sonrojarse, señor Pérez, la falta de formación en el campo de la filología de Abel Pardo, cuando éste no sólo es Licenciado en Filología por la Universidad de Pisa con un brillante expediente, sino además Diplomado en Estudios Avanzados en Filología Románica, lo que acredita su suficiencia investigadora en este campo. El señor Pardo ha superado dos tribunales universitarios, uno para obtener su Laurea Universitaria en Italia, y otro para obtener la suficiencia investigadora con trabajos sobre la Lengua Leonesa, uno defendido en italiano, que le ha valido el grado de Dottore y otro defendido en leonés por primera vez en la historia.

Yo mismo, y mi condición de doctor en filología y estudioso de la materia me avalan, he podido comprobar en mis encuentros con Abel Pardo su perfecto dominio de los campos referidos a la lengua leonesa, tanto a nivel gramatical como léxico e incluso dialectal, contando Abel Pardo con publicaciones científicas a nivel internacional en alguna de las editoriales más prestigiosas de Europa. Resulta curioso que desde Asturias se nos pretenda hacer creer que el señor Pardo aprendió leonés yendo a clases de «asturiano», cuando el concejal leonés escribe en lengua leonesa desde los catorce años. Y es que hay mentiras que no se las creen ni ustedes. Además, el señor Pérez se inventa una campaña de acoso y derribo a la ALLA, obviando que Pardo ha colaborado más de una vez con esta institución asturiana.

De la misma forma me gustaría recordar que fue Abel Pardo quien dio el empujón definitivo a los cursos de adultos en León, Zamora y Salamanca, quien organiza los días de la lengua leonesa, quien ha llevado el leonés a la calle en multitud de campañas culturales y quien está fomentando en la sociedad de la capital leonesa una actitud sana hacia la lengua propia, el leonés, sin caer en los excesos ultranacionalistas de imposición propios de políticos y organizaciones de otros lares. ¿Pertenece el señor con estudios en derecho a alguno de estos colectivos en Asturias?.

Prueba de que en León y de mano de Abel Pardo se lleva a cabo una política lingüística del más absoluto respeto hacia todos los ciudadanos es la introducción del leonés como actividad extraescolar optativa en los colegios. Ya nos gustaría que en otros sitios siguieran esta actitud respetuosa, coherente y para el leonés altamente fructífera del concejal Abel Pardo.