El gran engaño

LA CRISIS sigue su curso. Los gobernantes europeos, rendidos a las prescripciones de la ideología neoliberal, en vez de investigar las conductas de los que la han producido y seguir el rastro de los grandes beneficios, para saber a donde está el dinero, les dan el dinero público para que sigan haciendo negocio. Para creer que los gobiernos hacen lo necesario y lo correcto para cortar las causas de la crisis nos tendrían que demostrar que, los responsables de esta agresión social, son juzgados por la justicia y apartados de sus cargos y además cambiar las reglas, para poner orden en la competencia. Se puede aceptar que el Estado salve a bancos o a empresas para salvar a los que han depositado allí el dinero y a los trabajadores, pero es inaceptable que sigan los mismos que han producido la crisis en los puestos y además cobrando sueldos que no merecen. El concepto legal de la protección de lo privado no es correcto ni ético. No hay ninguna causa natural que produzca una crisis económica de la noche a la mañana. La crisis ha sido producida por un número reducido de ambiciosos durante los últimos 15 años. Dicho esto, hay que tener claro que, no sólo el Gobierno de Zapatero es el responsable de la crisis ni de la solución. Creo que es torpe por asumir la responsabilidad individual de un problema que no tiene solución a corto plazo. Y son inmorales los dirigentes del PP, por responsabilizar al gobierno de los problemas sociales que produce esta crisis, con el fin de engañar a la gente. La crisis general que padecen los trabajadores de todos los países es obra de los dueños de los grandes grupos que utilizan perversamente el sistema capitalista; y de todos los gobiernos que la veían venir, y miraron para otro lado. La crisis específica de España es responsabilidad de los ocho años del gobierno de Aznar y de los cuatro años del gobierno anterior de Zapatero y de los 17 gobiernos de las autonomías y de todos los Ayuntamientos por dejar a los promotores hacer demasiadas casas y poner precios abusivos; y de los bancos y Cajas por cooperar. Si analizamos con rigor la realidad, concluiremos que las conductas de la mayoría de los políticos y los cientos de los asesores que tienen, sin duda, no ofrecen confianza. Los que mandan en la Comunidad de Madrid, gobernada por el PP, sirve de vergonzoso ejemplo. A esta gente, dicen ellos, no les gusta lo público, pero demuestran que les gustas el poder para privatizar los beneficios que aporta. Ahora bien, debemos preguntarnos, ¿cuánta responsabilidad tenemos los ciudadanos por dejarnos engañar? No tengo duda de que la gente que piensa estará de acuerdo en que la impotencia que padece la mayoría es porque permite que una minoría inmoral se aproveche de ella y viva muy bien.