BURRO AMENAZADO | PANCHO PURROY
Menorca y la uña de gato
LA ISLA balear de Menorca es famosa por su increíble número de plantas endémicas que medran, sobre todo, en los roquedos del litoral. También produce la mejor ginebra de España, combinación de su tradición británica y perfumados frutos de enebro. Las especies más valoradas por los botánicos son el conejito espinosísimo, el torvisco de Rodríguez, el apio bermejo y la femeniasia balear.
La vida iba bien para estas flores menorquinas hasta que a los jardineros se les ocurrió plantar en los chalets y urbanizaciones a la uña de gato o carpobroto, especie procedente de Sudáfrica, de tallo verde carnoso y flores moradas, capaz de cubrir el suelo sin necesitar riego. La uña de gato invadió la costa desde los jardines particulares empezando a ahogar a la interesantísima flora nativa.
Ha habido que declarar la guerra a las alfombras de carpobrotos. Si bien es fácil arrancar los tallos, no resulta sencillo limpiar el terreno de las semillas, máxime cuando las hace volar el viento o las ingieren los conejos, que pueden depositar las cagarrutas dispersantes hasta a un kilómetro de distancia. Por eso, tras el descuaje manual, en períodos de seis meses en las arcillas esquistosas y de dos años en la caliza, se procede a eliminar las nuevas plántulas que hayan brotado. Esta batalla contra la uña de gato invasiva ha calado en los particulares que ya no la plantan en sus solares y, así, las especies insulares van mejor.
Ojo en León, por que podríamos tener efectos nefastos si se propagara el plumero de las pampas, planta argentina de macolla grande, hojas cortantes que no come el ganado y penachos blancos, ya considerada una plaga en las campiñas litorales de Galicia, Asturias y Cantabria.
Cuidar nuestra naturaleza exige impedir la entrada de especies exóticas invasoras, aspecto a tener en cuenta por los servicios municipales de parques y jardines. Más encinas, robles melojos y pinos piñoneros y menos ciruelos del Japón, cedros del Himalaya o tuyas.