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Publicado por
León

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EL GRAN Premio de Australia de Fórmula-1 terminó ayer, 72 horas después de que se bajase la bandera de cuadros. Los comisarios de la carrera rectificaron y devolvieron a Jarno Trulli (Toyota) el tercer puesto conquistado en la pista y del que había sido desposeído por una supuesta irregularidad al adelantar al coche de Lewis Hamilton mientras la carrera estaba neutralizada. La triquiñuela del piloto de McLaren fingiendo una avería que engañó a su rival, descubierta posteriormente por los árbitros, constituye un reflejo más de las irregularidades con que escuderías y pilotos tratan de saltarse el estricto reglamento que fija las características de los bólidos y el comportamiento de quienes los conducen. Hamilton y su equipo ya han sido sorprendidos en ocasiones precedentes. Esta sombra de engaño enturbia un deporte cuyo espectáculo exige también limpieza; sobre todo por parte de los pilotos en su conducta en la pista, donde no caben artificios.