Diario de León

TRIBUNA | FÉLIX J. PÉREZ ECHEVARRÍA

¿Dónde está la UPL?

Convóquese un concejo abierto de todos los militantes, como costumbre leonesa, al igual que hacían nuestros abuelos, y como se hizo en los orígenes de la UPL, y ábrase el debate a la ética y a las ideas. Lo co

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HACE UNOS DÍAS, desde casi todos los medios de comunicación se denunciaba el intolerable olvido de la bandera leonesa en el acto que se supone iba a ser la preparación del 1.100 aniversario del Reino de León. Ese «olvido», visto desde una óptica leonesista, nos indica las intenciones o el desdén de todas las personas allí presentes. Lo lógico es que las banderas que hubieron de ser colocadas, hablando desde una óptica oficial, son las tres provinciales que representan al País Leonés o Región Leonesa, además de la española. Pero se puso una bandera genérica de León. ¿De qué León? ¿La de la ciudad de León? No. Esta sólo representa a la capital. ¿La de la provincia de León? No. Menuda ofensa hubiera sido para Zamora y Salamanca. Se colocó una genérica de León, que representa al País Leonés o Región Leonesa y que, curiosamente, no es reconocida por  las instituciones oficiales. Y además tuvo que ser facilitada por una persona leonesista a la que UPL considera «critica», que llevado por su honestidad advirtió del hecho al señor Chamorro que, evidentemente, no había previsto que la enseña leonesa estuviera en el escenario, pero que sí recibió al señor Herrera para que presidiera la reunión. ¿La zorra dentro del gallinero? ¿Por qué no se solicitó a S. M. el Rey que presidiera la comisión del 1.100 aniversario o, en su defecto, a alguien de la Casa Real?

A tenor de los hechos, es obvio que a los allí presentes sólo les interesa el 1.100 aniversario del Reino de León,  dentro de la  historia de «Castilla-León»,  como se viene a decir en los libros de texto y lo refrenda la presidencia de la reunión por parte del señor Herrera, aceptada por la UPL, como lo demuestran los hechos.

 Pero esto no es más que un suma y sigue de la política  autonómica de rodillo. Crearon y  centralizaron la «policía autonómica» en el 112 de Valladolid y le colocaron a la policía local de León el escudo de la Junta, con el visto bueno de la UPL. Nos dicen con todo descaro que 6.500 trabajadores están en los parques tecnológicos de León y Boecillo, cuando sólo 347 se encuentran en León. Imponen la ley de montes, pinos, la línea de alta tensión...

Y después de todo esto, ¿dónde está la UPL? Sólo se les ve sacar pecho para perseguir a aquellos, a los que no voy a defender yo, que fueron sancionados por el partido. No se hacen declaraciones contra los continuos ataques de la Junta para con León, pero sí echan el resto en perseguir a los sancionados y otra gente, y no dudo que también lo harán contra el que esto firma en su legítimo derecho a la libertad de expresión. Llevamos 15 meses esperando que la UPL nos defienda de la Junta, y no me valen algunas actuaciones esporádicas y personales de aquí o allí; ¡hablo del partido! ¿Dónde está el secretario general, el secretario de organización, el de acción política, el de acción local, el de sanidad, el de Infraestructuras o el de economía? Aparte de cuatro personas con cargo municipal o provincial remunerado, ¿dónde está el partido? ¿Se desgastó en el naufragio de las elecciones nacionales? Eso no me vale como disculpa. Ya ha pasado casi un año

¡Ah!, ¿que dicen que están haciendo unos nuevos estatutos? Pues a fe mía que esto es como decía Larra: «vuelva usted mañana». Porque para hacer unos estatutos no se necesitan 15 meses. Los habían prometido para noviembre del año pasado, y ya estamos en marzo. Muchas personas estábamos relativamente esperanzados de que la UPL que salió en noviembre del año 2007 fuese capaz de tener cintura y aglutinar a los partidarios de la autonomía leonesa, de varias tendencias y pareceres; volver a la ilusión con la que nació el partido en 1991. Pero después del tiempo transcurrido podemos afirmar que no sólo no se han hecho gestiones para aglutinar, sino más bien todo lo contrario. A las pruebas me remito. Es más, empieza a crecer tal desanimo entre los afiliados y el desasosiego de algunas personas, representantes en los ayuntamientos, que algunos ya piensan en fichar por otros partidos para las próximas elecciones en vista de la falta de actividad de UPL.

Así las cosas, ¿con qué cara podemos contestar los afiliados cuando nos preguntan por la reacción de Caja España? Cómo es posible que se convoque una manifestación contra la fusión, y en la primera votación del Consejo de la institución nos encontramos con que por unanimidad se apoya un proceso unificador financiero deseado por la Junta de Castilla y León. ¿Y los de la UPL que votaron en ese Consejo de Administración, si el acuerdo fue por unanimidad? En estas circunstancias, ¿qué hace el secretario general de UPL, señor Melchor Moreno, formando parte de la dirección al más alto nivel de la Caja?, concretamente en el Comité de Control.

 Dije que estaría callado después del último congreso de la UPL, pero repito, llevo quince meses esperando a que UPL se organice, aglutine, ilusione, levante la llama de la autonomía... y nada. En definitiva, que todos los partidarios de la autonomía, que somos muchos, estemos orgullosos de lo que dice la UPL, de las denuncias de la UPL, de la expansión de la UPL.  Pero no de lo contrario, que es lo que percibe la calle y cualquier observador que lea la prensa. Convóquese un concejo abierto de todos los militantes, como costumbre leonesa, al igual que hacían nuestros abuelos, y como se hizo en los orígenes de la UPL, y ábrase el debate a la ética y a las ideas. Lo contrario es continuar camino del ocaso.

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