CRÓNICAS BERCIANAS | ABIGAIL CALVO
La buena vida
DICEN QUE todos tenemos nuestro minuto de gloria. Perdón, cinco en la televisión, aunque a veces, como todo en la vida, no es tanto la cantidad como la calidad. Los programas cargados de prensa rosa han acaparado la parrilla y en ellos se mezcla todo, política, sucesos, corazón... se hace un tutifruti, se bate y ya está, dos horas de máxima audiencia. Pero el caso es que hay que saber estar en el momento justo en el sitio preciso para tener esos minutos de gloria, quizá segundos en un programa de máxima audiencia.
León, 2004. Concretamente el 27 de febrero, José Luis Rodríguez Zapatero estaban de mitin en León y le acompañaba su mujer, Sonsoles Espinosa, que fue la protagonista, junto a Ana Botella y Carmen Romero, de un reportaje en el programa La Noria, de Jordi González, sobre el papel de las mujeres consorte de los presidentes del Gobierno españoles. Pues allí estaba Sonsoles, en el palacio de los deportes de León, en primera fila viendo cómo calentaba motores Zapatero para llegar a La Moncloa. Allí, sentado, también en primera fila, con traje formal y corbata roja, estaba el alcalde de Camponaraya, Antonio Canedo, que estuvo en el plano de Tele 5 durante unos cuantos segundos. Mucha audiencia debe de tener ese programa porque la noticia ya se sabe en todo el Bierzo. Canedo, en Tele 5, en La Noria , compitiendo en popularidad con Belén Esteban, la Pantoja y el Cachuli..., por poner varios ejemplos.
A veces estar en el momento oportuno también ayuda a darse cuenta de que hay gente que realmente sabe disfrutar de los placeres de la vida. Toral de Merayo. Un grupo de mujeres están reunidas en un bar. Algarabía. Pasan y pasan los cafés, las risas y los cigarrillos también. Parece una fiesta, aunque todavía no era ni la una de la tarde.
La camarera confirma que el grupo, bastante numeroso, se reúne habitualmente en el local después de hacer gimnasia. Las mujeres del pueblo van, hacen su deporte, sudan la camiseta y, después, antes de volver a sus quehaceres cotidianos, hacen un descanso, se toman un café y para recuperar las calorías perdidas se toman unos pastelitos. Eso sí, cada día le toca a una hacer los bizcochos, los roscos o las rosquillas para convidar a sus compañeras deportistas.
Eso es la buena vida, la operación bikini queda muy lejos de Toral de Merayo. Total, lo importante no es el aspecto si no tener buena salud y para que esta fluya lo más importante es ser feliz. Por lo que parecía, estas mujeres irradiaban felicidad, aunque como en todos los sitios, cada cual cuece sus habas.
Quizá, en su café del lunes, todas se dieron cuenta de que el alcalde berciano aparecía en la tele en un programa de cotilleos. Mientras se comen los bollos que han preparado con todo el amor del mundo para sus compañeras, debaten sobre la vida, obra y milagros. Sobre los problemas que tiene el día a día, sobre los cotilleos del papel cuché y porque no, sobre el debate que generó La Noria sobre quiénes estaban mejor en su papel, las discretas Sonsoles Espinosa y Carmen Romero o la popular Ana Botella. Quizá aquí entre también la política y se líen la manta a la cabeza.