Diario de León

TRIBUNA | JOAQUÍN CUEVAS ALLER

Hoja de ruta hacia el abismo

Si comparamos el nuevo mapa de carreteras, el deseado por la Junta para el año 2020, con uno de hace 60 años, apenas encontraremos diferencias

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EL PASADO 27 DE MARZO fue publicado en este mismo Diario de León el plan autonómico de carreteras para la provincia de León, planificado por la Junta de Castilla y León. Acompañaba a este informe un mapa de la provincia leonesa con la propuesta de actuaciones en la red provincial de carreteras, proporcionado por la Consejería de Fomento de la Junta. Este plan de carreteras fue aprobado por los votos mayoritarios del PP y tuvo en contra los votos del PSOE y del grupo mixto, antes UPL.

Si comparamos el nuevo mapa de carreteras, el deseado por la Junta para el año 2020, con uno de hace 60 años, apenas encontraremos diferencias. Destacan unas pinceladas en el Bierzo y dos autovías que comunican la capital de la provincia con La Robla y con La Bañeza. El resto, algunas mejoras y unos refuerzos y para de contar.

Si esto es todo lo que la Junta va a hacer hasta el año 2020 en la provincia de León, apaga y vámonos. Las comarcas son las grandes olvidadas sin que se salve ni una por lo que los problemas de despoblación seguirán su hoja de ruta hacia el abismo, hacia la  desaparición de bastantes cientos de pueblos y municipios.

Veamos un ejemplo real La comarca de la Ribera del Órbigo, que durante siglos fue la despensa y granero del Reino de León y, considerada la comarca menos pobre de todo el Viejo Reino, debido a sus muchos recursos,  siempre fue la más poblada de la provincia a excepción de los núcleos de la capital y Ponferrada.  Esa comarca tiene  una carretera que va de Hospital hasta La Magdalena  Esa carretera es el mismo camino que utilizaban hace ya mil años nuestros soldados para ir a la guerra contra los musulmanes. Es el mismo camino que utilizaban, desde hace 700 años, los carros de vacas para traer o llevar mercancías al Mercado de los Jueves a Benavides. La única diferencia que hay ahora es que ese camino está asfaltado.  En el tramo de Hospital a Carrizo, de quince kilómetros, hay 10 pueblos con sus curvas y sus estrecheces por lo que esa vía no puede ser considerada una carretera, sino una vía urbana. Eso es lo que hay, no hay otra cosa, lo mismo que hace 1.000 años. En esos mil años, sólo hemos conseguido que asfalten el viejo camino de carros de vacas. Ahora la Junta dice que la va a reforzar ¿cómo?  No hay espacio para reforzar nada. Hoy tenemos los mismos caminos de comunicación que hace mil años, eso sí, asfaltados.

La falta de buenas vías de comunicación ha traído graves consecuencias para el desarrollo laboral y humano de las comarcas leonesas y   provocado la emigración forzosa de sus habitantes especialmente los más jóvenes. Así ha sido en las últimas décadas. La comarca del Órbigo no es una excepción. Un ejemplo. En el municipio de Benavides hay un pueblo llamado Antoñán del Valle. Este pueblo, como la mayoría de los pueblos de la provincia de León, tiene más de 1000 años de brillante y larga historia.  Hace unos pocos años, tenía casi 1000 habitantes, hoy ronda los 200. Según el registro civil, en Antoñán del Valle han nacido en los últimos 10 años solamente cuatro niños. En ese mismo período, en Quintanilla del Valle, han nacido tres.  A este ritmo, se puede predecir que tanto a Antoñán como a Quintanilla les quedan de existencia no más de 20 años. El caso de Antoñán y Quintanilla no son desgraciadamente  casos aislados, la situación de la mayor parte de los pueblos de la Ribera del Órbigo es muy similar.

Si analizamos los pueblos de la comarca de La Cepeda, la situación comparativa con el Órbigo, es aún peor. Pues bien, la Junta sólo va a reforzar la carretera que va de Astorga a Rioseco de Tapia. Es fácil predecir que cuando llegue el fin de las obras el año 2020, muchos de esos pueblos cepedanos ya habrán desaparecido irremisiblemente.

Hace un tiempo presenté una moción en el Ayuntamiento de Benavides, pidiendo la construcción de una vía de alta capacidad que uniera las autopistas León-Astorga con la León-Oviedo por una zona intermedia entre La Cepeda y el Órbigo. Con ello se conseguiría una vertebración de ambas comarcas. En un principio, la idea gustó a  todo el mundo, pero luego unos «ilustres políticos» echaron la idea abajo. Entre los «ilustres» destacó un diputado provincial y alcalde de un municipio cepedano que ronda los 600 habitantes. Dijo el «ilustre» que yo era un iluminado, que se me había encendido la bombilla. Decía que lo que había que pedir no eran mejores vías de comunicación, sino más servicios. Yo me pregunto ¿para quién?, si dentro de una docena de años ese municipio habrá dejado de existir. Ni él mismo resistirá ahí, habrá emigrado como otros  y el resto habrá fallecido por empacho de calendarios. Ya se sabe, los años no perdonan a nadie. Éste y otros parecidos son los «ilustres» que cortan el «bacalao». Así nos va.

No será este plan autonómico de carreteras, aprobado por la Junta, el que solucione el grave problema de  despoblación y envejecimiento de la provincia de León. Más bien, todo seguirá igual, o sea, cada día quedaremos menos en esta provincia. Vamos de camino hacia el abismo. Parece que a los leoneses nos han metido en un coche cuesta abajo y sin frenos. Es la hoja de ruta marcada por la Junta de Castilla y León. Cuando llegue el año 2020, la mitad de la provincia estará despoblada, pero eso sí, será un paraíso para  cazadores y pescadores.  Alguien sale ganando, pero no será León Y nuestros políticos ¿qué? ciegos, sordos y mudos Así los quiere la Junta.

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