Demonios

UNA SIGUE creyendo que la Semana Santa es la celebración de la inmolación de Cristo. Rememoramos la salvación y, por la tanto, la vida eterna. Los papones se tapan la cara como signo de humildad y ayudan a Cristo a llevar la Cruz. Digamos que, por un momento, son Cirineo. Digamos que en una sociedad rancia y fuera del tiempo llegan unos días en los que se deja atrás la soberbia de quienes presumen de pertenecer a una clase social y aceptan que lo único importante es la clase personal -”la que se adquiere con la vida propia y no con la de tus abuelos-”. Digamos que durante un momento se hace ayuno de vanidad y nadie en sus cabales se cree que el color de unas capas da derecho a gritar más alto; digamos que, de verdad, se coge el madero para abandonar la indigencia moral del que presume de ser de Léon de toda la vida. Porque al final, eso es lo que subyace bajo una pataleta infantil y caprichosa en la que unos pocos demuestran seguir creyendo en atavismos que tienen más que ver con derechos de pernada que con el siglo XXI. Tradición-¦ Aquí la única tradición debe ser la religiosa, y estos portadores de apellidos tan ilustres han demostrado que la Pasión de Cristo les interesa menos que el ninguneo a su hermandad. Ya ven, Jesús padecía y ellos hacían uso del tan español «usted no sabe con quién está hablando». Supongo que, desde la Cruz, el cuerpo de Cristo seguía muriendo-¦ La indigencia es tan apabullante que da lástima, y risa, si-¦ puede que si los que se ponen el capuchón para romper con él el perfil del cielo se rieran de su actuación consiguieran matar sus propios demonios. Aunque ya sabemos que hay demonios más iguales que otros-¦