EN POCAS PALABRAS
Vuelta a casa
YA SE ha cerrado el círculo. Vuelta a casa. Antonio Pereira ya está entre los más suyos. Villafranca acoge desde ayer las cenizas de uno de sus hijos más dignos de admiración y de recuerdo. No es fácil ir por la vida dejando un reguero tan largo de amistad pero Antonio lo consiguió, lo bordó. Mago de la palabra, en sus escritos la ironía y el humor cristalinos, -arma afilada para regatear los absurdos del mundo-, no estaban exentos, bien al contrario, de lucidez y de espíritu crítico. Así veía el porvenir: «...Si ahora escribiera un cuento situado en el 2020, casi todos mis personajes serían sordos, heridos por el ruido de las calles y de los bares ¡y por el volumen del sonido en las salas de cine! Se curarán mejor las infecciones pero aumentará el número de locos (y de poetas)...». En ese tiempo venidero, los que estén, seguirán echando de menos a seres humanos con los quilates de Antonio Pereira. Descanse en paz. Inolvidable y ancha es su memoria y su legado