EL AULLIDO | LUIS ARTIGUE
Pecados Griegos
¡HA SIDO mi gran descubrimiento en esta Feria del Libro! A pesar de ser una persona sencilla, poco estridente y de trato amable, Javier Tomeo (Huesca, 1932) en nuestra literatura actual es uno de los grandes, autor ya de una obra narrativa en la que se incluyen algunas novelas unánimemente celebradas por la crítica como Amado monstruo, Los amantes de silicona y La mirada de la muñeca hinchable. También oficia como respetado escritor de cuentos, y algunos de sus relatos están recogidos en el delicioso librito titulado Historias mínimas .
Javier Tomeo es uno de los grandes no por sus premios o sus ventas sino principalmente porque ya su nombre está asociado a un mundo elaborado y personalísimo, y a un estilo tan identificable como atractivo que bien podría definirse como un sello o marca. ¿Y qué caracteriza esa marca? ¿Cuáles son los parámetros de la literatura de Javier Tomeo? Pues se trata de un escritor de imaginación fértil y lenguaje conciso. Sus novelas suelen estar protagonizadas por personajes raros, contrahechos, cojos solitarios, monstruos perspicaces... Además sus tramas plantean, frecuentemente de forma dialogada y hasta con acotaciones, un conflicto dramático que se resuelve con inteligencia y claridad. De hecho su estilo se caracteriza precisamente por la claridad expresiva y por rehuir el riesgo sintáctico, ya que este autor prefiere dejar el riesgo para las tramas; sus alocadas, divertidas y ejemplarizantes tramas. Esos argumentos suyos, que podríamos calificar como reveladoramente imaginativos, suelen erigirse en parábolas al modo de Kafka, aunque beben también del teatro del absurdo, del surrealismo con sus ideas del automatismo psíquico puro y la literatura como juego, e igualmente tienen algo de los esperpentos de Valle Inclán.
Bueno, éstas podrían ser algunas de las coordenadas del sello literario Javier Tomeo, aunque no tienen ustedes por qué creerme pues lo que les he contado es burda teoría... Como en el sexo aquí lo menos placentero es la teoría-¦ Si de verdad quieren saber cómo escribe Javier Tomeo, por qué es tan respetado, por qué sus novelas están traducidas a tantos idiomas y, en versión teatral, han sido representadas con éxito en España, Alemania y Francia, tendrán que leerlo-¦ Por eso les recomiendo la lectura de su última obra narrativa titulada Pecados griegos (Ed. Bruguera).
Se trata ésta de una novela divertida, culta, loca y valiente ambientada en la Grecia clásica y por eso con el substrato de la mitología helénica de fondo, aunque contada en estas páginas mediante un lenguaje repleto de frescura que se aleja de cualquier tipo de pretenciosa erudición. El protagonista es Godofredo, un enano sabio experto en el arte de la adivinación, un tipo lúcido, misógino, irritante, verborréico, iluminador, observador y singularmente reflexivo. La acción de la novela es la conversación, en el Jardín del Palacio de Teseo, entre ese enano y la reina Fedra, que ha tenido un sueño desasosegante que desea que Godofredo descifre por si acaso tuviera algo que ver con su marido huido. Esa conversación entre ambos personajes, llena de sentencias, de reproches ingeniosos, de confesiones, argucias, encuentros y encontronazos, será un estimulante episodio narrativo en el que chocarán la ingenuidad elitista y regia de Fedra contra la irreverencia republicana de Godofredo, el conservadurismo contra el idealismo, la pureza contra el escepticismo, la cautela moral contra el espíritu del visionario-¦ He aquí una novela loca, construida al reunir a dos personajes procedentes de dos mundos radicalmente distintos, la cual nos enseña a ver en perspectiva nuestro enloquecido mundo. Por eso a quien le guste llegar a la meta sin complicaciones, a quien disfrute de la imaginación poderosa, de la concisión, a quien le guste reír y soñar y a quien aún no sepa volar les recomiendo esta novela.