Diario de León

CRÉMER CONTRA CRÉMER | VICTORIANO CRÉMER

Obama va de viaje

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VICTORIANO CRÉMER
León

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TODO el Universo mundo le espera. No se sabe con exactitud qué es lo que este alterado mundo espera del ilustre moreno, pero desde el camerunés del África tropical, hasta el andaluz de Dos Hermanas, todos esperan la llegada de Obama, como en España se suele esperar la llegada de los Reyes Magos.

Y con idéntica esperanza de haber merecido su atención. Porque el Universo Mundo, que cada día queda en menos universal, lo necesita con urgencia.

De este viaje tal vez, quién sabe, tal vez, depende el equilibrio económico de todo el mundo mundano.

España sobre todo, ha puesto en el episodio de su llegada a la patria de Don Suero, no ya toda su influencia hispanoamericana y africana, sino incluso lo que podría poner en circulación el señor Moratino.

Parece ser que el viaje del más poderoso viajero de este mundo, se debe al proyecto de reforma del sistema de adjudicación de contratos públicos. Ignoramos los carpetovetónicos, lo que el señor de los anillos quiere decir, pero es que los españoles estamos tan escamados ante proyectos y promesas, de este jaez, que cuando escuchamos un discurso de este talante, nos sentimos traídos y llevados, en una operación de puro mareo.

Como, según informes más o menos fidedignos, la iniciativa viajera del señor Obama tiene como objetivo primordial y prioritario ahorrar anualmente sobre cuarenta mil millones de dólares, don Pedro Solbes, el capataz de nuestros dineros, se siente llamado y al fin abre los ojos, sonríe anchamente, mira de soslayo, cuenta los euros de que el Tesoro hispano dispone y piensa en los angelitos.

Pura ilusión que el tiempo y sus azares se encarga de disipar, para dejar todo el discurso político que nos puede concernir, en humo de paja, que es el humo más denso y más traidor de toda la contabilidad universitaria o municipal.

No se produciría en León, por ejemplo, la llegada del maná, porque tampoco el señor Obama está para repartir dineros como si se tratara de confites en un bautizo de barrio.

Los Estados Unidos del señor Obama y de la señora Hillary Clinton no están para regalar denarios ni dólares y a lo sumo, al paso de su estancia en España, pagará el importe de sus comidas y cenas, prometiendo, eso sí, que en cuanto les salga el dinero por la ventana de Kenia, por ejemplo, lo que caiga será repartido entre los pueblos más necesitados del orbe, entre los que se encuentra el heroico y magnánimo pueblo español, presto en su situación precaria, a recoger inmigrantes africanos, europeos y filipinos.

Pero del nombramiento de hijo predilecto de los Estados Unidos, ni hablar.

¡Coña, qué pena, con lo dispuestos que estábamos a cantar sus glorias!

En fin, otra vez será...

Aunque el señor Don Barack advierte que se han acabado los días de dar a los contratistas un cheque en blanco... o en negro...

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